Hanói (Vietnam), 29 de octubre del 2015
Aunque Hanói, la capital moderna del Vietnam reunificado actual, ha experimentado un gran cambio modernizador, cuya primera muestra visible es el espectacular puente nuevo que han construido sobre el Río Rojo, instalación que atravesé cuando entré en la ciudad procedente del aeropuerto, y cuenta con grandes edificios y modernas y amplias avenidas, todavía continúa conservando una gran parte del misterioso encanto de pasadas centurias.
Llamativas viviendas tradicionales
Las casas tradicionales de Hanói, lo mismo que las de otros muchos pueblos y ciudades de Vietnam, son muy estrechas y altas, y en su inmensa mayoría carecen de ascensor. Suelen tener una especie de porche, y también columnas y espacios abiertos balconeados en sus pisos altos. Llama poderosamente la atención comprobar como algunas apenas tienen un metro de fachada.
Esa circunstancia, tan “anormal” para nosotros, se debe a que cuando mueren los padres sus hijos se reparten la morada familiar, y como todos quieren tener algo de fachada ocurre que en ocasiones la fracción resultante es tan extremadamente pequeña que se reduce a poco más de un metro. Y además, por lo regular, son casas-tienda, ya que en el bajo tienen negocios y viviendas en su parte alta.
El peatón, personaje “de Segunda”
Como ya les comenté en mi crónica de ayer, es tal la abundancia de artilugios con ruedas que transitan las calles y las aceras de Hanói (solamente en motos, de todos los tipos y cilindradas, tienen censadas más de cuatro millones) que el peatón es un personaje de “Segunda División”.
Por cierto que aunque son mucho más baratas, los vietnamitas rechazan las motos chinas, pues dicen que fallan muchísimo. Aunque yo creo que, aparte que eso sea cierto, la razón más profunda es que no quieren saber nada con China, país vecino al que ven como una seria amenaza para su soberanía nacional y con el que mantienen un largo conflicto por unas islas fronterizas y sus correspondientes aguas jurisdiccionales.
Pero volviendo al terreno “que pisa el buey”, les diré que la seguridad de los peatones se agrava hasta extremos inimaginables en el Barrio Antiguo de Hanói. Allí las calles son más bien cortas, muy estrechas y sinuosas. Las aceras están totalmente repletas de motos y bicicletas (Si, han leído bien: repletas de motos, bicicletas y algún que otro coche). Por lo tanto, los peatones nos tenemos que jugar el tipo circulando por el medio de la calle, entre pitidos, bocinazos y voces de los ocupantes de motos, triciclos, bicicletas, taxis, furgonetas de reparto y buses del transporte público, aunque este servicio es más bien escaso y está bastante poco modernizado.
Guías de español y portugués
En la ciudad de Hanói tuve la suerte de contar con un excelente guía de habla hispana, de nombre Lê Trong Nghiá, rebautizado como “Marcos” en español. Al igual que la mayor parte de los guías turísticos que hablan español en Vietnam, Marcos estudió nuestro idioma en Cuba, concretamente en la Universidad de La Habana, merced a que su padre, militar de profesión, es miembro del Partido Comunista vietnamitas, que el que está en el poder.
Antes de poder comenzar los estudios universitarios cubanos, Marcos, al igual que los demás colegas extranjeros procedentes de países comunistas, tuvo que realizar unos cursos oficiales del idioma español y superar las correspondientes pruebas de conocimiento de nuestra lengua. Luego, una vez retornado a Vietnam, se hizo guía turístico profesional en lengua española.
Por cierto que como el turismo portugués y brasileño no es muy abundante apenas hay guías de ese idioma, por lo que a los viajeros de lengua portuguesa suelen asignarles un guía que habla español.
El Templo de la Literatura
Mi primera visita fue al Templo de la Literatura, magnífico ejemplo de la arquitectura tradicional vietnamita. Es un enorme conjunto amurallado, que data del año 1070 y está dedicado a Confucio. Cuenta con grandes y preciosos patios y jardines, un templo maoísta, y fue sede de la primera Universidad de Vietnam. Conserva una gran campana de bronce, que daba la entrada a clase, un enorme tambor de piel de búfalo que sonaba al iniciarse y al finalizar el curso, y la estatua del Dr. Chu Van An, fundador del centro. Muchas promociones de universitarios realizan allí sus fotos de graduación, lo mismo que numerosas parejas de recién casados.
Memorial de Ho Chi Minh
A continuación me desplacé hasta el monumental complejo que ocupa el Memorial de Ho Chi Minh, gran héroe y libertador de Vietnam, cuyos restos descansan en su interior. Frente por frente, está el edificio de la Asamblea Nacional, y muy cerca de allí se encuentran las dos modestísimas casas que usó Ho Chi Minh siendo ya Presidente y los dos coches que utilizó. La vivienda tiene solo dos habitaciones, y la otra casa está sobre pilotes, como recuerdo de la que habitó durante los tiempos en que tuvo que vivir escondido en la selva. Por cierto que de camino hacia las casitas pasé por delante de la soberbia residencia de la época de los franceses, en la que Ho Chi Minh se negó a vivir y en la que recibía las visitas de Estado.
La Pagoda de un pilar
No muy lejos de la Casita de Ho Chi Minh, en el acogedor entorno de un enorme y bien cuidado parque, por el que transitan centenares de personas, visité la icónica y exclusiva Pagoda de un pilar, una construcción que data del Siglo XI, pero tuvo que ser reconstruida en gran parte después de haber sido destruida por los bombas de los franceses en el año 1954. ¡Cosas de las guerras…!.
Catedral de San José y Palacio de la Ópera
Tras subir nuevamente al coche, continué con mi interesante recorrido de carácter monumental y artístico, visitando otros dos grandes ejemplos de la arquitectura colonial francesa: el Palacio de la Ópera y la Catedral de San José. El Palacio de la Ópera data de 1911, y tiene 900 butacas. Desde uno de sus balcones, el 16 de agosto de 1945 anunció el Comité Popular, que lideraba el Vietminh, que habían tomado la ciudad. La Catedral católica de San José es neogótica y data de 1886. Su fachada es muy alta, lo mismo que sus dos campanarios, y cuenta con hermosas vidrieras y un altar de gran valor artístico.
Lago Central (Lago Hoan Kiem)
En mi crónica de ayer ya mencioné al Lago Hoan Kiem (Lago Central) uno de los puntos de referencia de Hanói y su Barrio Antiguo. Día y noche hay una gran vida en el entorno de este lago urbano, sobre el que hay una historia muy bonita. Dice la leyenda que a mediados del Siglo XV el cielo le envió una espada mágica al Emperador Le Thai To, con la que logró expulsar de Vietnam a los chinos. Terminada la guerra, una gran tortuga dorada se la arrebató y se sumergió en el fondo del lago para devolverla a los dioses. Su nombre, Ho Hoan Kiem, significa Lago de la Espada Restaurada. Por un bello puente rojo accedí a la isla que alberga el Templo de Ngoc Son, del Siglo XV, y un museo en el que hay una gran tortuga de bronce, y en un islote cercano se encuentra la deteriorada Thap Rua (Torre de la Tortuga).
“Las 36 calles” y las “Marioneta del Agua”
Después de una excelente comida típica, en el afrancesado restaurante “Rue Lamblot”, subí a un triciclo (ciclo push) que me paseó durante casi una hora por la intrincadas rúas del Barrio Antiguo que conforman lo que denominan “Las 36 calles”. Cada una está dedicada a una profesión u oficio, o a la venta de un producto. El tremendo maremágnum se completa con barberos y sastres trabajando en las aceras, y con gatos, perros y gallinas campando a sus anchas por las atiborradas calles….
Como broche de oro a tan maravillosas visitas, nada mejor que el fantástico espectáculo que disfruté en el famoso Teatro de las Marionetas del Agua. Una increíble fantasía visual y acústica de grandes y bellas marionetas evolucionando sobre el agua, que constituyen un auténtico deleite para los sentidos.
Y antes de retirarme al hotel para reponer fuerzas, pues mañana me espera otro día de intensa actividad, rematé tan completo día cenando en una terraza con vistas al Lago Central y a su iluminado y animadísimo entorno.
¡Buenas noches, Vietnam!.
4 comentarios en “La ciudad de Hanói, capital moderna de Vietnam, posee una gran riqueza monumental y artística”
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Una ciudad que compagina perfectamente lo antiguo con lo moderno.
Una ciudad que compagina perfectamente lo antiguo con lo moderno.
Siempre aprendemos gracias a tí…
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