Nuestro querido Depor no está pasando por sus mejores momentos, todos sin excepción debemos trabajar duro y ser muy exigentes con nosotros mismos si de verdad queremos hallar la senda del buen camino lo antes posible. Si bien es cierto, que no nos queda más remedio que confiar en los responsables de cada área, ahora mismo no debemos permitir que nadie ni nada desvíe la atención de nuestros profesionales. Este es el momento en que debemos empezar a salir adelante y no meternos en la mier… pues tenemos la experiencia de años pasados donde el haber dejado los deberes para última nos ha supuesto un suspenso ganado a pulso o como recuperó del pasado un conocido personaje de la política española “un cero patatero”.
En este instante no debemos buscar excusas de mal perdedor y apuntar a la mala suerte como el enemigo a batir, pues el siguiente paso sería ver fantasmas, tramas y confabulaciones donde no las hay. Tampoco debemos buscar culpables en los más cercanos para desviar la atención y exculparnos de los fracasos. Si hablamos de fracasos, debemos asumir que estos son colectivos al igual que deben ser los éxitos. No debemos ponernos nerviosos y empezar a especular con la titularidad de uno u otro jugador, tenemos la experiencia reciente de los porteros de la Casa Blanca que es el cuento de nunca acabar, esto la única acción reacción que produce es la de mermar la confianza de los miembros de la plantilla. Todos, por el bien del Deportivo, estamos invitados a apoyar sin fisuras las decisiones del míster aunque estas no sean de nuestro agrado. Dándonos pena de nosotros mismos y echando balones fuera como si con nosotros no fuese la cosa, no es la forma de luchar por el bien del conjunto. Cada uno tiene su responsabilidad y así lo debe asumir en pro del bien común.
Confianza es una de las palabras que debe ser denominador común en cada una de las consignas que nos propongamos los deportivistas de aquí a fin de temporada, que por cierto promete hacerse muy pero que muy larga para algunos.
Por último, esperemos que el Depor tenga la fortuna de mantener una plantilla sin lesiones y lo suficientemente compensada para no tener que tirar del mercado de invierno como plan de salvación. Estos refuerzos invernales no siempre dan los resultados esperados aunque en alguna ocasión hayan hecho sonar el pitido final en forma un triunfo.
También esperemos que los que tiempo atrás presumieron de deportivistas dejen de reclamar unas cantidades que a los que somos el común de los mortales nos parecen verdaderamente escandalosas y, porque no decirlo, vergonzosas. En fin, también podría hablar un poco de la mona Chita, pero prefiero despedirme con un ¡Forza Depor!
Artículo by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 5 de octubre de 2014