Para tranquilidad del deportivismo ya se ha completado la plantilla que deberá luchar por mantener al equipo coruñés en la máxima categoría. Después de barajar múltiples refuerzos han llegado a Riazor unas incorporaciones esperanzadoras y esperadas como agua de mayo. Los tiempos pusieron nervioso a más de uno, incluso dentro del propio Deportivo, pues pasaban los días con la pretemporada finalizada, la liga empezada y los jugadores sin llegar para unos puestos que faltaban por cubrir.
Una vez formalizados los últimos fichajes, veremos el estado de forma en el que llegan unos y otros a la vez que comprobaremos como en las próximas sesiones se adaptan al sistema de juego de Víctor Fernández. El míster sufría en silencio porque no sabía los hombres con los que iba a contar ni cuando iban a llegar. Ahora, y pese a disgustarse mucho en su momento por los frustrados fichajes de futbolistas que él consideraba importantes, llega el momento en que el entrenador maño debe trabajar duro para ensamblar a estos jugadores que no han hecho la pretemporada en Abegondo con el resto de la plantilla.
Otros que vivieron momentos tensos y que se han ganado el máximo respeto de la familia blanquiazul fueron esos miembros de la plantilla que no sabían si se iban o se quedaban en La Coruña a la vez que sufrían en silencio y de forma profesional la incertidumbre sobre su futuro.
El Consejo de Administración del Real Club Deportivo de La Coruña también sufrió en carne propia la dificultad que supone completar una plantilla competitiva en tiempo y forma, a la vez pudo degustar los sinsabores que producen las operaciones no finalizadas con representantes que se lo saben todo a la hora de negociar. Como no hay mal que por bien no venga podemos sacar como sapiencia que la experiencia vivida servirá como aprendizaje y así perfeccionar la futura estrategia de fichajes. También debemos destacar que el retraso en los fichajes vino propiciado en gran medida por el alto listón que se puso la comisión deportiva en sus ansias por contratar futbolistas de contrastado nivel.
La afición ilusionada y que se las sabe todas, desconfió desde el primer momento que jugadores jóvenes y con proyección pretendidos por el Valencia y Manchester City como el argentino Bruno Zuculini aceptasen la oferta del equipo coruñés. Como también temían que un delantero de la talla de Mitroglou y la ficha que cobra pudiese propiciar un matrimonio con un equipo con un tope salarial fuera de estas posibilidades.
Y si seguimos hablando de aficionados, podemos destacar la labor desarrollada por el conocido socio y accionista deportivista Manolo Souto, más conocido como Manolito, por ejercer de embajador de los nuevos fichajes alimentándolos de rechupete en su mítico restaurante fundado en 1956. Parece ser que se corrió la bola entre las nuevas incorporaciones blanquiazules de la buena forma en que se puso Sissoko la temporada pasada con el plan nutritivo del restaurante que regenta la familia Souto. Si observamos las fotografías de Manolito con los recién llegados podemos sacar en conclusión el excelente fondo de armario que tiene el querido aficionado deportivista ¡Buen comer y Forza Depor!