La única sensación amable que dejó el triste final de la temporada pasada para el Depor fue comprobar que la afición de este club es Grande. Con el descenso todavía fresco en la retina miles de aficionados acudieron a la cita con su equipo renovando el carnet o estrenándose como nuevo socio. Nada menos que 24.000 personas que reafirmaron su fe deportivista adquiriendo su abono para toda la temporada.

Esa inyección de moral aparte de emocionante, tiene un mérito añadido. Hasta hace muy poco tiempo en Riazor jugaban los mejores clubes del mundo y el equipo era temido en sus visitas a los mejores campos de Europa. Hay que recordar que sus vitrinas albergan los trofeos que lo catalogan como uno de los grandes: una Liga, dos Copas, tres Supercopas de España, a lo que hay que añadir algunas hazañas internacionales como la semifinal dela Recopaque disputó ante el PSG y la de Champions ante el Oporto donde acarició la final. Casi nada. Y no estamos hablando de la prehistoria sino de prácticamente los últimos diez años gloriosos del equipo coruñés. Es más, es el único de los nueve históricos campeones de liga que está en segunda división.

Pero la casta de esta afición se demuestra cuando acuden un domingo tras domingo a respaldar a su equipo frente al Sabadell Cartagena o las versiones “B” de Barça o Villarreal. Una afición que sabe encajar una goleada contra el Alcorcón o se tiene que motivar para recibir al líder de la competición que no es otro que el Guadalajara, un club que se estrena en segunda tras 46 años en tercera división y cuatro en segunda B.

Y creo que tienen mucho mérito no sólo los aficionados históricos que han visto al Depor atascado durante años entre la segunda y segunda división B hasta que llegó el celebrado ascenso a principios de los 90. Pienso en todos esos aficionados jóvenes, que nacieron al fútbol con el Super Depor, que encontraban normal ganarle al Barça y al Madrid, que se acostumbraron a disputarla Champions Leaguetodos los años ola UEFAcomo mal menor. Una afición que acude en masa al campo, que con sus gritos y banderas mantiene viva la grada.

Ese el mejor dato para el Deportivo. Una hinchada joven que acompaña al equipo en los buenos y malos momentos, que acude al fútbol todos los domingos a dejarse la voz animando a los suyos, y que mantiene vivos los anhelos de un club pese a las dificultades que atraviesa.

Una imagen de la aficion tomada por Fede G.Poncet

 

Artículo publicado por Pablo G. Ramos en el diario deportivo DXT Campeón el 29 de septiembre de 2011

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