Ereván (Armenia), 1 de octubre del 2019
Hace aproximadamente un año que llegaba a la ciudad de Santa Cruz (Bolivia), para iniciar un largo recorrido de 25 días por Bolivia, Colombia y Ecuador. De ese inolvidable e interesante viaje publiqué crónicas diarias, con abundantes fotografías, en los periódicos digitales fedellando.com y 21noticias.com, además de colgarlo en Facebook (donde tengo 5.000 contactos en todo el mundo) y enviarlo directamente por WhatsApp a más de medio centenar de personas.
Y ahora, tras un largo y agotador viaje, al fin estoy en Ereván, que es la capital de Armenia, después de casi 19 horas. Recuerdo que salí de mi casa de la Playa de Santa Cristina (La Coruña) a las 18.30 horas de ayer, y que no llegué al Hotel Silachi, en Ereván, hasta las 12 de hoy. Les aclaro que la diferencia horaria con España es de dos horas más aquí, circunstancia que me beneficiará para enviar las crónicas diarias de mi viaje. Esa diferencia horaria se mantendrá en mis recorridos por Georgia y Azerbaiyán, pero se incrementará en media hora cuando llegue a Irán.
Fueron un total de 17,30 horas de viaje, de las cuales 9,55 corresponden a vuelos, y el resto a esperas en las distintas conexiones y a los traslados a/desde los aeropuertos y el Hotel. El trayecto entre La Coruña y Madrid lo realice en un avión Embraer 190 de Air Europa, con todas sus plazas ocupadas, en poco más de una hora. Por cierto, había muchos pasajeros en la terminal coruñesa (que este año batirá su récord histórico de pasajeros) y varios aviones estacionados y listos para partir.
Salimos, con suma puntualidad, de La Coruña-Alvedro, a las 20.45 horas y llegamos al Aeropuerto Internacional Adolfo Suárez-Madrid Barajas a las 21.55 horas. Después de hora y media de espera, que aproveché para leer, hacer «turismo de aeropuerto», y reordenar mis notas y documentación de viaje, a las 23.30 horas dejé Madrid en un gran avión Airbus A321 Sharklets, de la compañía rusa Aeroflot.
Tras sobrevolar España, dejamos atrás la Península Ibérica y pusimos rumbo a Moscú (Rusia), a cuyo Aeropuerto Internacional de Sheremetyevo llegamos a las 5.25 horas de esta mañana. La espera para partir rumbo a Ereván (Armenia) fue de poco más de una hora, tiempo que aproveché para estirar las piernas y hacer más «turismo de aeropuerto». Y después de un tranquilo vuelo de casi tres horas, llegamos al Aeropuerto Internacional de Zvarnots (Ereván-Armenia) a las 10.20 horas (las 8.20 en España).
Los trámites de frontera y equipaje fueron bastante rápidos y, en compañía de mi chófer-guía, salimos sin más demora para el Hotel Silachi, en Ereván, ciudad que está solamente a diez kilómetros del aeropuerto.
Como comenté en un artículo anterior, Armenia está considerada por muchos exégetas bíblicos como «El Jardín del Edén». Hace unos cuantos años, concretamente en julio del 2007, durante mi recorrido por Jerusalén, me gustó la pequeña Iglesia Armenia, que es el templo cristiano más antiguo de los Santos Lugares. Y el año pasado, estuve en una ciudad de Colombia que lleva el nombre de Armenia, y por allí cerca están Barcelona, Córdoba, Sevilla y Alcalá, fundadas por los conquistadores españoles en esos lugares.
Y aunque mañana voy a realizar un recorrido muy amplio por Ereván, hoy dediqué la tarde a varias visitas de carácter cultural e histórico, que incluyeron la Galería de Arte Nacional, el Museo de la Historia de Armenia, y el famoso Matenadarán.
Según los expertos, la Galería de Arte Nacional es el lugar perfecto para admirar obras de grandes pintores nacionales como Ervand Cotchar, Martiros Sarian, y Sedrak Arakelyan, entre otros. Debido a la diáspora, Armenia siempre contó con un número muy importante de artistas de gran nivel mundial, una vez que en el Siglo XIX salieron de los Monasterios y se incorporaron a las grandes corrientes de las Bellas Artes. Es de resaltar que un gran número de estos artistas cuentan, además, con una Casa-Museo o una Galería exclusiva en la capital armenia, varios de los cuales pude ver durante mi visita de hoy a Everán.
Fundado en 1921, el Museo de Historia de Armenia (hay otro, también muy bueno, dedicado a la Historia de Ereván, adosado al Ayuntamiento) cuenta con una colección de más de 400.000 objetos, que abarcan desde el Paleolítico hasta hoy en día. En la primera planta están expuestos el famoso Jackar (cruz-piedra) «bordado» hecho por Pojos (Pablo) del Monasterio de Goshavank, una bella colección de alfombras armenias, recipientes, jarras y cálices (III Milenio al Siglo X AC), la puerta tallada en piedra del Monasterio de Seván (1171) y la de Tatev (1253) la maqueta del Templo Szvarnots moldes del pastel tradicional llamado Gatá, amuletos, joyas de plata, etc. La última sala está dedicada a los tiempos prehistóricos y a Urartu: copia de la cabeza de la diosa pagana Anahit (Siglo IV, cuyo original está en el Museo Británico), monedas de distintos tiempos y Estados, joyas de oro y plata del III Milenio AC, etc. En la segunda planta, alrededor de la escalera, figuran mapas antiguos con el gran mapa de la Armenia Histórica. Dos salaz se dedican a Dvin (Siglos V-X) y Aní (Siglos X-XI), antiguas capitales de Armenia, y otras a las artes decorativas de la Baja Edad Media. En otra sala hay un carro funerario, objetos de los Siglos XV-XIV AC excavados en Lchashén (cerca de Seván) y un admirable hogar de culto del III Milenio AC. Y en la sal de recientes descubrimientos arqueológicos se exponen objetos de Artashat (capital del Siglo II AC al Siglo II DC), así como la célebre estatua de Aphrodite (Anahit).
La visita del famoso Matenadarán completó mi interesantísimo recorrido de hoy por Ereván. Esta biblioteca es una institución de archivos nacionales que alberga la mayor colección de manuscritos armenios en todo el mundo. Dotado de un alfabeto único y original, el idioma armenio también ha dado lugar a una abundante obra literaria y a una importante cultura del libro. Miniaturas, manuscritos iluminados, caligrafía, ornamentación, la expresión artística relacionada con los libros y manuscritos es tan rica como singular. Incluido en el Registro de la Memoria del Mundo, de la UNESCO, el Matenadarán ofrece salas del Museo donde se pueden admirar los mejores ejemplos de libros armenios, así como libros árabes, persas, hebreos, sirios y etíopes….
Y ya sin más demora, les dedico esta primera crónica de mi largo viaje por Asia Central, que espero resulte muy ilustrativo y feliz. Prometo que les seguiré contando muchas más cosas. ¡Saludos y salud!. (Fotos: Lajos Spiegel)