No sé lo que pasó en el partido de ayer en Riazor ante el Málaga, pues en el momento de ponerme a aporrear el teclado aun no había comenzado a rodar el balón en el estadio de Riazor. Quizás no sea lo más acertado hacer un análisis de la actual situación  deportiva del equipo en este momento, pues un resultado o la forma de jugar lo pueden cambiar todo. Pero aun así, me voy a arriesgar, pues creo que la extraordinaria mini crisis vivida en el juego y resultados del equipo así lo requiere. Cuando hablo de aprietos, lo hago pensando en que hace poco tiempo estábamos en la parte alta de la tabla codeándonos en puestos europeos y a día de redacción de esta columna estamos a únicamente seis puntos del descenso. Pienso que no debemos esconder los errores cometidos, y si tenemos que afrontarlos con valentía. Ser autocritico puede ayudar, todos nos confundimos y como adultos debemos asumir los errores propios. Esta es la postura natural que puede ayudarnos a buscar las soluciones.

Llevábamos una buena temporadita sin ganar partidos, pero como mal menor en ese momento no ganábamos, a la vez que tampoco perdíamos los partidos. Incluso diría que algunos partidos no se ganaron por mala suerte o fallos arbitrales. Todo esto a la vez permitía maquillar a base de excusas el mal momento que estábamos viviendo. Pero de repente y para que no tuviésemos ningún pretexto llegaron los encuentros como el partido que nos dejo fuera de la Copa del Rey. Aquel día, algunos tenían claro que venían curvas. Y como muestra de que se acabaron las excusas podemos referirnos al horrible juego desarrollado por los jugadores blanquiazules ante Espanyol, Granada y Atletic Club de Bilbao. Perdimos justamente estos nueve puntos y los mismo deben marcar un punto y aparte en lo que a buscar excusas se refiere. Incluso a partir de este momento algunas voces más altas que otras empezaron a señalar el banquillo como coparticipe de la situación. La afición ya no solo señala a los jugadores y miembros de la plantilla como los únicos responsables, incluso los más críticos con los árbitros designados hasta fecha, se dan cuenta que hay más culpables de la actual situación. Y la palma en este caso se la lleva el míster Víctor Sánchez del Amo que por primera vez aparece en las quinielas como responsable destacado de la situación. No escondamos lo que se habla en la calle.

Los que nos sentamos en la grada sabemos que vamos a tener que estar sufriendo por el minuto y resultado hasta fin de temporada. Creyendo que hoy toca ganar…..por fin.., minuto a minuto y 0-0 en el marcador, rezaremos a san Gol y a santa Victoria, protestaremos nuevamente penaltis claros como el que pitaron hace días en Riazor a favor del Granada y que supuso el 0-1, invocaremos a la suerte, pero necesitamos imperiosamente empezar a sumar de tres en tres, pues esta situación puede empezar a ser preocupante.

Necesitamos gol, debemos reaccionar y no sufrir nuevas decepciones. Hay que reaccionar ya, la segunda división está ahí al lado y debemos espabilar.

¿Qué nos pasa? Estamos gafados, creo que no merecimos perder algunos puntos pero esto tiene que cambiar. Somos optimistas y apoyamos al club de nuestros amores pero hay que hacer autocritica. ¡Forza Depor!

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