Cada vez es más frecuente ver piaras de jabalíes por la zona de La Zapateira (La Coruña) y por las urbanizaciones de Oleiros (La Coruña), e incluso han osado acercarse hasta las Playa de Santa Cristina y Bastiagueiro, en busca de comida, debido a que la excesiva y salvaje proliferación de urbanizaciones (todo sea por “la pasta”….) les ha dejado sin su espacio natural. Por eso, la playa estaba tomada durante la Cuarentena por todo tipo de pájaros: palomas, cuervos, mirlos y urracas, que les disputan el espacio y los restos comestibles a las gaviotas. Varios de esos pájaros suelen hacer visitas a mi terraza, porque saben que dos o tres veces al día les echo pan y restos de alimentos.

Los pájaros de los cercanos parques, sobre todo los que viven y anidan en el precioso y grande Parque de Santa Cristina (mal bautizado por el alcalde Geluco García con el nombre de un preboste cubano que odiaba a España y que no tiene nada que ver ni con Oleiros ni con Galicia), lo están pasando muy mal, al no funcionar apenas la hostelería. Antes tenían siempre restos de comida, tanto sobre las mesas como en el suelo. Ahora, se las ven y se las desean para poder comer algo todos los días.

Por eso cuando me levanto, sobre las 7,40 horas, siempre hay varios pájaros pequeños, sobre todo gorriones, subidos al borde del cierre de mi terraza esperando que les eche algo de comer (primera foto). He probado a darles algo más que pan, y me encontré con la sorpresa de que comieron pequeños trozos de tocino, restos de chorizos, y hasta las colas de los jurelitos fritos que comí hace unos días. Incluso les dejé unas costillas de cerdo, con algunos restos de carne y nervios adheridos, y desaparecieron del lugar. Se cumple pues el refrán “Cuando hay hambre, no hay pan duro”.

Por cierto, es de elogiar el comportamiento de mi vecina del piso inferior, Loly Zapata, que les echa de comer todos los días pan desmigado, tanto en el borde de la amplia balaustrada de su terraza como en la acera que hay delante de nuestra casa. Hay que ver cómo se acercan, sigilosa y cautamente, cuervos, gaviotas, urracas y palomas para disfrutar con esa especie de “maná” caído del…. segundo piso.

Parte de bajas: a los 73 años de edad, hace unos días falleció Antonio Vázquez Liñeiro, popular director y fundador del Grupo TAU-Taller de Arquitectura y Urbanismo. Nacido en La Coruña en 1947, era diseñador urbano y pintor, además de haber estado metido en política (Centro Democrático y Social) durante algún tiempo.

Natural del castizo barrio coruñés de San Luis, Vázquez Liñeiro era conocido como el “Bofill gallego”. Entre sus numerosos proyectos, o realizaciones, figuran el monumental Palacio de la Ópera de La Coruña, el Puerto Deportivo de Vilagarcía de Arousa, la ampliación del Estadio Municipal de Riazor, la Lonja Pesquera de La Coruña, el barrio de Los Rosales o el Parque Urbano del Monte San Pedro. DEP.

Mis felicitaciones cordiales a mi excelente amigo José-Ramón Riobóo, Alcalde de Culleredo (La Coruña), por el gran impacto social y mediático (incluso en televisiones nacionales) que alcanzó la instalación de “Puntos de desinfección” en diversos ligares del mencionado municipio. Precisamente, en la segunda fotografía vemos a Riobóo usando uno de esos artilugios tan útiles como necesarios. ¡Chapó!.

El reputado abogado coruñés Manuel Estévez Mengotti, me remitió el siguiente correo electrónico: “Roberto De verdad que nos levantas la moral a todos los que estamos en el grupo de riesgo y lo primero que hago cuando enciendo el ordenador es leer tus partes de guerra tan amenos y dando fe y constancia de tantos amigos comunes No decaigas porque sinceramente nos ayudas mucho. Hoy supongo que sabrás el fallecimiento de Manolo Jove un tenaz empresario que ayudó a enriquecer nuestra ciudad D.E.P Un abrazo”. Muchas gracias, querido Manolo.

La escritora, poeta, escultora, pintora y crítica de arte Ánxeles Penas, me “enmienda algo la plana” en el correo electrónico que reproduzco: “Madre mía, Roberto, esto no me lo esperaba. Me has dejado turulata con el artículo. Todavía no me repuesto del asombro. Eres tremendo. Debería habérmelo olido con todas las preguntas que me hacías el otro día. Bueno, gracias mil por tu generosidad y bondad probada. Yo no merezco tanto. Una única aclaración: no fue en la calle sino en el
baile de una sociedad que creo que era el liceo o algo parecido, a donde me habían llevado mis tíos y si tú estabas allí debes recordar a qué sitios ibas. De todos modos, tantos años después lo mismo da, pero no te veo lanzando piropos por la calle de tal estilo Un abrazo y gracias de nuevo”. En efecto, tienes razón querida Ánxeles, fue en el Casino de Santiago, que estaba en plena Rúa del Villar, camino de la Catedral. Besos.

Mi buena amiga y proba funcionaria Concepción Velo Álvarez, me envió este otro correo: “Buenos días, hoy toca cuerpo presente en la oficina.
Leídas tus Crónicas guerreras (me gusta más). Solo vas por el número 27.
Deja de ser tan acusica que el señor de Ourense no me conoce de nada y va a pensar que lo que tengo es envidia. Porque la verdad la ubicación de su casa es privilegiada.
Saúdiños”, Pues dicho queda, querida Conchy.

Desde Ferrol (La Coruña), la destacada pintora Manuela Castro me remitió este mensaje: “Me gustó mucho tu artículo de Parte de Guerra en el que mencionas a Luisa Novais. Buena amiga. Gracias a tantos mensajes y llamadas telefónicas, me paso el día feliz. Estoy deseando pase pronto el salir lo menos posible de casa. Paciencia y suerte.???”. Lo mismo te deseo, querida Manuela.

Siguiendo con mis charlas telefónicas con personas del “Grupo de Riesgo”, hablé con Ramón Vidal Gómez de Travecedo, que se encuentra en la gloria en su casa de Laxe (La Coruña), donde le cogió el inicio de la Cuarentena. Como son menos de 5.000 habitantes, su cuarentena es mucho más suave que si estuviesen en La Coruña.

Aunque llevan a rajatabla el encierro, privándose incluso de ver a sus nietos, que viven cerca, tienen la ventaja de que su casa está al lado del mar, con campo, monte y playas a su alrededor. Lleva una vida tranquila, y cuando hablé con él estaba en una hamaca tomando una cerveza, enviándome dos fotos, con una preciosa salida de sol.

Nacido en Melilla (24-10-1948), es “coruñés de siempre”, ya que con pocos meses sus padres Ramón (militar) y Matilde regresaron a La Coruña. Por cierto, su padre, que fue Presidente de la Federación de Atletismo y de otras, me dio clases de Gimnasia y cronometró más de una de mis carreras de fondo en el Estadio de Riazor….

Gran deportista y muy aficionado al fútbol (foto 4) Ramón hijo fue campeón de España de Esgrima con la RSD Hípica de La Coruña. Tras estudiar en la Academia Militar de Zaragoza, marchó a La Legión, fue Comandante Militar de Melilla, y Ayudante del Capitán General de Galicia, en La Coruña, hasta que pasó a la Reserva con el grado de Coronel.

Ramón, que fue uno de los promotores de los Veteranos de La Legión en La Coruña, y uno de los grandes impulsores y mantenedores de los actos conmemorativos anuales en recuerdo del coruñés General Millán Astray, fundador de la Legión, publicó hace unos días un mensaje con muy atinados consejos para la “desescalada”. ¡Chapó!. .

Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)

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