Sobre la tradición mundial de honrar o recordar a los difuntos, que en Galicia tiene muy especiales connotaciones, lo mismo que en Méjico y en otros lugares, reproduzco un magnífico artículo que mi buen amigo Agustín Vázquez, destacado gestor turístico coruñés y uno de los “fijos” en la celebración de mis dos cumpleaños, ha publicado en “Ola”:

“El día de Todos los Santos en España, y en otros muchos lugares del mundo, se celebra la tradición de honrar y traer a nuestra memoria a las personas queridas que han muerto. Se trata de un rito de recuerdo con visitas a los cementerios dejando usualmente flores. Visitar un cementerio no es plato de buen gusto para nadie, obviamente por todo lo que implica. Sin embargo, existen cementerios que merece la pena visitar, bien por quien allí está enterrado bien por su interés histórico, como confirman los millones de visitas que cada año reciben de gente vivita y coleando. La lista se podría empezar por lo que serían los más raros del mundo. Aquellos que, por su diseño y características fantasmagóricas, resultan seductoras para miles de personas que han convertido de ellos, un destino turístico bastante rentable.

“En Francia se encuentra el cementerio de mascotas más viejo del mundo: y una de sus tumbas pertenece a Rin Tin Tin, el legendario perro que protagonizó diversas películas. El cementerio de Stull, en Estados Unidos, dicen que está enterrado el único hijo del diablo. Y hay quien afirma que el mismo Papa Juan Pablo II, ordenó que su avión no sobrevolase esa área. El cementerio alegre de Sapantza, Rumania, contiene tumbas con coloridas pinturas naífs, junto a divertidos epitafios que describen de manera original y poética, a los enterrados.

“En Asia existe una tradicional ancestral: colgar féretros (primera fotografía que ilustra este artículo). Hay muertos colgando en China, Filipinas e Indonesia. Los ataúdes se encuentran sobre varas de madera, recargados en grandes rocas o simplemente en cuevas. ¡Definitivamente en las alturas es más fácil llegar al cielo!.

“Es tanto la pasión de algunos viajeros por conocer estos camposantos, que existen tours organizados para visitarlos. Así en Paris, es visita obligada conocer sus catacumbas.  Se cree que en esas catacumbas descansan los restos de más de seis millones de parisienses. Hoy los huesos están apilados en forma de muralla. La visita guiada se hace indispensable ya que es fácil perderse por sus pasadizos, algunos de ellos demasiado estrechos y bajos. En otra ciudad europea, la eterna Roma, existen más de sesenta catacumbas compuestas por cientos de kilómetros de galerías subterráneas, que alojan miles de tumbas. En la actualidad sólo se encuentran abiertas al público cinco de ellas para su vista. Resulta interesante recorrer los oscuros y húmedos pasillos en los que se pueden ver, además de los nichos, algunas inscripciones con los nombres de las personas que los ocupaban, la mayoría papas de la religión católica.  Son también necrópolis visitables, y uno de las más antiguas, el llamado Valle de los Reyes, en Egipto, donde se encuentran las tumbas de la inmensa mayoría de los faraones del Imperio Nuevo.

“Cruzando el Atlántico, ya en Latinoamérica, el más famoso cementerio, es el de La Recoleta en Buenos Aires. Considerado un museo al aire libre, cuenta con una importante colección de obras de arte de mármol, bronces, y también vitrales. En el interior se encuentran panteones de importantes personajes, entre ellos, quizás el más destacado sea el que guarda los restos de Eva Perón.

Muy interesante el comentario de mi buen amigo y “agente de cabecera” Agustín Vázquez. Y aprovecho esta oportunidad, para recordarles que en La Coruña tenemos uno de los mejores y más bonitos Cementerios de Europa: el de San Amaro, que cuenta, además, con visitas guiadas y teatralizadas, en el que los difuntos disfrutan de maravillosas “vistas” al mar. A destacar, también, que la ciudad de La Coruña cuenta con nada menos que ocho cementerios: San Amaro, Británico, Civil, Santa María de Oza, San Cristóbal, San Vicente de Elviña, Feáns y San Pedro de Visma.

Hay muchas personas, entre las que me encuentro, aficionadas a coleccionar búhos (segunda foto, mi colección). Tal es el caso de mi buena amiga Manoli Devesa, astróloga de éxito a la que tuve el honor de tener como ponente en uno de los “Congresos de Magia y Brujería de Galicia” que organicé en La Coruña durante nada menos que 25 años. Manoli, que se ha convertido en una gran creadora de moda, escribió lo siguiente: “Recuerdos de nuestra común afición a los búhos, compartida entre mi gran amigo José Miguel Sánchez Andrade que en paz esté, yo seguí, pero él era el que mayor interés tenía, poseía en las vitrinas de su notaría una colección de figuras que ya se notaba que no estaban solo de decoración, había pasión en el tema”.

El excelente artista venezolano Jorge Giovani Ramírez Quintero (Giovani Ramírez), que nos ofrece hasta final de este mes una soberbia exposición de pintura y escultura en la sala que la Asociación de Artistas Plásticos Gallegos (ARGA) tiene en la coruñesa calle de San Andrés, me remitió el siguiente mensaje: “Roberto muchísimas gracias por venir a mi exposición y por tu gran aporte al mundo del arte”.

Desde su natal y residencial Valencia, y en referencia a la destacada pintora ferrolana Manuela Castro, la fallera y casalera Pilar Gómez me remitió este mensaje: “Manuela es otro Crack como tú, y muy buena persona. Gracias por los elogios. Besos”.

Finalizo por hoy. Prometo seguir publicando más crónicas de esta “Nueva Normalidad”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel).

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