Hoy vuelvo a insistir en la necesidad que tiene nuestro querido Real Club Deportivo de La Coruña de ejercitar la sana acción de hacer autocritica con el ánimo de detectar errores y con el objetivo de trabajar en subsanarlos. Para enderezar el rumbo, primero tenemos que saber donde fallamos y luego actuar en consecuencia. No se puede andar a golpe de pedal, reservando estos cambios de ritmo para cuando verdaderamente hagan falta. El seguir una hoja de ruta y un manual de funcionamiento es fundamental para ganar confianza, simple y llanamente porque sobre lo previsible es más fácil actuar.

En el plano deportivo me parece sorprendente que alguno siga insistiendo en echar la culpa a los árbitros o a la mala suerte. Creo que en breve aparecerán las confabulaciones como excusa principal. Por poner un ejemplo, en Barcelona nos acordamos de una jugada en la que posiblemente el árbitro se haya confundido, pero no nos acordamos que nos pudieron meter cuatro goles más y obviamos el decir que no chutamos entre los tres palos en casi todo el partido, amén de los cuatro goles que nos enchufaron. De Vigo mejor no acordarse, pues es un resultado que escuece, y mucho. Ante el Valencia una leve mejoría sin olvidar que el equipo che también tuvo sus claras ocasiones de gol y ayer en Granada lo visto por la televisión.

Y hoy voy a jugar un poco a entrenador, pues detecto que a Garitano como máximo responsable del juego del equipo le hace falta cuanto menos oír lo que algunos opinamos. El sistema de juego conservador que está implantado el míster nada tiene que ver con la forma de juego que tuvieron sus antecesores en el puesto Víctor Fernández, Fernando Vázquez o Víctor Sánchez del Amo. Muy lejos de extrañarnos esto, pues el sistema es marca de la casa todos sabíamos a lo que venía un cuerpo técnico en el curiosamente predominan defensas como en su época fueron Patxi Ferreira y José Luis Ribera.

Yo no le pido Gaizka, aunque me gustaría, que cambien su sistema y que jueguen la pelota, pero lo que si le pido es que no renuncien al ataque, pues el gol es fútbol, y no podemos renunciar a él. Su sistema esta llevando a la desesperación a jugadores que no crean una triste ocasión de gol. El sistema defensivo es su fuerte, pero aun estamos esperando que nos lo muestre. En fin, jugadores que no juegan en su posición, otros a banda cambia, suplencias injustificadas, algunos castigos, etc parecen estar desmontando el carácter de un míster que presumiblemente iba a controlar el vestuario. Esperemos que pronto podamos hablar de otra cosa, pues pasan los días y la confianza que algunos depositamos en el míster se va agotando. Siento ser tan claro, pero no lo veo nada claro. ¡Forza Depor!

Previous post Cervantes y “El Quijote” forman parte de los grandes recuerdos de mi primera infancia
Next post “Tintero de olas”, segundo y magnífico libro de poesías del periodista coruñés Pati Blanco

Deja una respuesta