Artículo by Pablo García-Ramos en DXT campeón el jueves 27 de febrero de 2014

Circula un chiste por la ciudad que compara al Deportivo con un buen marido puesto que, como se suponen deberían de hacer los esposos ejemplares, se deja en casa lo que gana fuera. Comparaciones domésticas al margen, lo cierto es que el equipo es el que mejores resultados cosecha como visitante de toda la categoría. En trece desplazamientos ha ganado en ocho ocasiones, empatado una y perdido en cuatro. Ha sumado un total de 25 puntos sobre 39 posibles, mientras que en Riazor consiguió 21 de los 42 en juego. También es el equipo menos goleado lejos de su campo (ocho goles), mejorando los encajados como local (doce goles).

Para los amigos de las estadísticas, esta serie de datos demuestran a las claras dos cosas. Primero, si el Deportivo es capaz de hacer de su campo un fortín, tiene el ascenso en la mano. Segunda, el planteamiento táctico como visitante está dando un resultado fabuloso pero en Coruña no son capaces de mantener un tono similar.

La solidez defensiva mostrada lejos de casa y la eficacia goleadora (cada gol marcado en campo ajeno vale casi dos puntos), han demostrado que Fernando Vázquez tiene muy claro el “librillo” que hay que aplicar como visitante. La asignatura pendiente sigue siendo mantener una consistencia similar en casa que le permita distanciarse del resto de aspirantes a la máxima categoría.

La ausencia de atacantes y la escasez de efectivos del que adoleció el equipo durante la primera mitad del campeonato, hicieron de la necesidad virtud. Planteamientos basados en la solidez defensiva y una contra muy eficaz obraron este pequeño milagro de liderar la clasificación y mantenerse como firme candidato al ascenso, incluso por delante de plantillas más numerosas y de mayor calidad que la blanquiazul.

La llegada de nuevos fichajes con el mercado de invierno, principalmente atacantes, presagiaba planteamientos más alegres en casa gracias a la incorporación de más talento y calidad de medio campo hacia arriba,el verdadero talón de Aquiles de los coruñeses. Sin embargo, todavía no se han visto esos resultados.

El técnico de Castrofeito sigue haciendo pruebas, en algunos casos para recuperar esa robustez defensiva que por momentos parece que se resquebraja, y en otros para tratar de consolidar un ataque solvente. La prudencia aconseja esperar que los resultados lleguen también en Riazor. Tiempo de adaptación de los nuevos jugadores, apoyo incondicional de la afición y cierta dosis de paciencia, seguro que mejorará este pequeño aunque perceptible desequilibrio en el rendimiento del equipo.

 

pgarcia_ramos@hotmail.com

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