Por Javier Dopico García

Cuando mi buen amigo Fede García Poncet me comentó la posibilidad de realizar esta colaboración acepté encantado, pero con el paso del tiempo, viendo y leyendo los artículos que precedieron a esta pobre simulación de testimonio, realmente me preocupé. Todos ellos eran magníficos, no solo en su ejecución y contenido, si no en la profundidad, sentimientos y datos que contenían, todo ello me llevó a querer darle a mi artículo una orientación diferente, probablemente equivocada, pero no por eso menos cariñosa y sincera. Decidí recordar lo que sentían los amigos, algunos hoy desgraciadamente ya ausentes, otros afortunadamente muy presentes, combinando esos recuerdos con mi propia experiencia.

Mi buen amigo, gran profesional de los medios de comunicación y mejor persona, Manolo Castelo, Radio Coruña, cuando llegaban esto partidos, estos derbis, siempre esgrimía el mismo argumento, argumento que era compartido por una buena parte de la sufrida audiencia de nuestra tertulia. Manolo era un firme defensor de la rivalidad, pero rivalidad “amorosa”, es decir ganarles pero con los mejores deseos, su frase era “si tengo que pedir sal, prefiero pedírsela a un vecino que no a un extraño”, yo sinceramente no puedo compartir ese criterio, los vecinos por el mero hecho de ser vecinos solo tienen hacia nosotros cercanía, vecindad, lo cual no significa que nos quieran bien o que nos vayan a atender en nuestras solicitudes. Buenos ejemplos de lo “cariñosos” que pueden ser los vecinos los podemos encontrar en la famosa serie de televisión “aquí no hay quien viva”, o en la recientemente estrenada película de Luis Tosar “Mientras duermes”, con vecinos como esos para que queremos enemigos, si les pides sal, sabe Dios lo que te darán, desde luego nada bueno.

Sinceramente, ¿alguien cree que el Real Club Celta de Vigo nos daría algo si realmente nos hiciera falta?, yo estoy seguro de que no, pero no, ni de palabra, ni de hecho pero si de omisión, como las formas de pecar. Me viene a la memoria el glorioso año 2000, corría el mes de mayo y la Radio Galega entrevista a la presidenta de la Federación de Peñas del Celta, ante las preguntas insistentes del entrevistador sobre su posible deseo de que el Deportivo ganara la primera Liga para Galicia, no fue capaz de manifestar positivamente ni con mano izquierda, estaba claro su deseo: “Visca el Barça”. Yo realmente sorprendido, y ante la misma pregunta, simplemente me manifesté diciendo “deseo al Celta lo mismo que ellos a nosotros”, quizá fuera una maldad, pero más ingeniosa, ya se que no está bien que lo diga yo, pero en la temporada siguiente el Celta pierde una nueva final de Copa del Rey ante el Zaragoza.

Quisiera también acordarme de mis buenos amigos, desgraciadamente ya ausentes, pero siempre muy presentes, Juan Manuel Rey, Manolo Bautista (Bar Santiso – calle Estrella) y Juan Artime, junto hemos vivido muchos derbis, no solo en Riazor, también en Balaídos, nos concentrábamos en Pontevedra, territorio amigo, y el día del partido nos trasladábamos a Vigo, como decía el bueno de Juan Artime, “al barrio obrero de Pontevedra”, donde realmente lo pasábamos bien, unos vinos, unas ostras en la Piedra, Bautista terminó un año en el Meixoeiro, oyendo el partido por la radio con una intoxicación producto de los citados moluscos.

En ese campo vivimos derrotas, también victorias, goleadas, goles en propia meta, alguna amenaza, insultos “gravísimos” como “burgueses, que sois unos burgueses, que tenemos que trabajar nosotros para que vosotros viváis como Dios”, realmente preocupantes.

Pero no quisiera terminar sin realmente destacar que nosotros si que somos buenos vecinos, y que hemos puesto todo de nuestra parte para que por fin se celebrara un derby, a la vista de que el Celta no era capaz de subir a primera, bajamos nosotros a segunda, somos así de buenos vecinos, y además como nos gusta mucho la juerga, y llevábamos tiempo sin celebrar ningún acontecimiento deportivo, aprovechamos para bajar y así poder celebrar el ascenso.
Resumiendo, el derby solo es un partido más, pero ganarlo es como “bailar” con esa persona que siempre hemos deseado.

Por moral que no quede, y sobre todo vayamos a Riazor con la mejor de la predisposiciones, tanto deportivas como sociales, ganemos en el campo y ganemos fuera del mismo. Un abrazo para todos y sobre todo forza Depor y viva La Coruña.

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