Por Santiago Togores Argudín

No pretendo hacer un recordatorio de los enfrentamientos que, a lo largo de la historia de los dos clubes mas importantes de Galicia, se han producido, ni siquiera hacer una estadística de victorias, derrotas o empates, eso se lo dejo para otros que tienen más memoria y manejan más datos,  simplemente quiero expresar, desde mi posición de deportivista, los sentimientos y sensaciones que me afloran en este tipo de partidos.

Cada enfrentamiento con el Celta es una sensación especial, independientemente en el marco en donde se dispute o de la categoría en donde militan los equipos, ya sea en primera, segunda, segunda B,  tercera división o en la Copa del Rey, o al margen de la posición que ocupen en la tabla clasificatoria. Ese día se olvida todo, partimos de cero, ese día nos jugamos algo más que tres puntos, es un partido a vida o muerte, donde lo único que interesa es la victoria o, mejor dicho, la derrota de nuestro eterno rival en el terreno de juego a manos de nuestro Depor. Bueno, mejor dicho, a pies de nuestro Depor.

Ese día, lo que queremos es darles un repaso de fútbol, humillarlos, deportivamente claro, meterles una paliza, demostrarles que somos los mejores y que se vuelvan a Vigo cabizbajos e impotentes por haberse encontrado con un equipo arrollador que los ha desbordado desde el primer minuto juego hasta el final. Eso, en el fondo, es lo que queremos todos y el que diga lo contrario no dice la verdad, si es un deportivista de los píes a la cabeza. Lo mismo desearán ellos, no os quepa duda.

Y es que ese día, unos más que otros, nos volvemos más viscerales, más forofos. Los sentimientos afloran más que nunca y el apoyo desde la grada se hace más importante que nunca. Ese día el Depor es un  sentimiento en los corazones de todos los coruñeses, es nuestro representante en una rivalidad sana, por supuesto, de las dos ciudades más importantes de Galicia y que transciende a lo puramente deportivo. Es un sentimiento de ciudad, una cuestión de honor, de orgullo, de ser coruñés.

Desde aquí animo a todos los deportivistas, a todos los coruñeses a que acudan a Riazor a apoyar a nuestro Depor y a los jugadores a que se lo dejen todo para conseguir la victoria ante nuestros eternos rivales.

FORZA DEPOR.

 

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