UN EQUIPO COMPETITIVO

No hay fútbol, aún no han empezado los amistosos de pretemporada, ya se acabó la Copa Confederaciones, sólo tenemos el Tour para buscar algo competitivo… Es difícil hablar estos días de algo que no sea la situación institucional para referirnos al RC Deportivo. Sin embargo, voy a intentarlo. Espero no morir en el intento.

Rebuscando entre las informaciones de esta semana, hemos oído hablar al presidente Lendoiro, al entrenador Fernando Vázquez, a los jugadores Alex, Ayoze, Aythami… todos dicen que se va a formar un equipo ilusionante, un equipo competitivo, un equipo en el que podremos confiar. Hablan del ascenso pero sin lanzar las campanas al vuelo, advirtiendo de la dificultad de la categoría y más en esta temporada que viene con la cantidad de equipos ilustres que competirán en Segunda División. Luego el presi hablará de las cosas del concurso, el mister de cómo van los entrenamientos y los jugadores hablarán también de sus cosas. Pero de momento, el tema del “equipo ilusionante” es el aspecto en el que todos coinciden. Ojalá que en el futuro sigan coincidiendo en muchas cosas más.

Y verdaderamente, razón no les falta. Vemos cómo es actualmente la escasa plantilla que tiene el Deportivo y podemos decir que base y mimbres ya tenemos. Obviamente faltan, no uno ni dos retoques, sino una delantera completa y algunos futbolistas para las bandas, fundamentalmente. La portería, los mediocentros, el centro de la defensa ya van tomando cuerpo –posibles salidas aparte- y la impresión generalizada es que los mimbres para esa “ilusión” los vamos teniendo. Ahora falta completar el puzzle y que encajen las piezas.

Porque mucho se ha hablado de los fiascos en los fichajes, ¿pero por qué no podemos ser también optimistas? En 1989 llegó un desconocido del Sestao llamado Sabin Bilbao que no soltó la banda izquierda hasta que llegó Nando en 1992 con el Superdepor ya en marcha. En la 88-89, tras salvarnos milagrosamente el curso anterior, llegó un tal Raudnei que marcó un buen puñado de goles ese año. En la 90-91 vino un tal Djukic para apuntalar la defensa en las últimas jornadas y luego ya sabemos qué pasó con él y con su carrera deportiva. Ese mismo año llegó un macedonio, también desconocido, de apellido cuanto menos complicado -Kanatlarovski ¿se acuerdan?- que también dio un buen resultado. En fin, que ejemplos positivos tenemos unos cuantos.

Y por supuesto, la cantera. El año que viene puede ser una gran oportunidad para muchos de ellos, como lo fue hace dos temporadas para Alex y Juan Domínguez. Pero hay que aplicar el sentidiño: ni se pueden subir siete jugadores de golpe ni se les puede dar el timón y la responsabilidad de golpe. Y aquí es donde la mano del entrenador se tiene que notar. Estoy seguro de que así será.

Todo esto será posible el día que este maldito concurso tenga su convenio firmado. Hasta ese momento es lógico que muchos futbolistas vean con recelo embarcarse en el proyecto coruñés. Mientras tanto, no vendría mal que todos remáramos en la misma dirección: club, aficionados, acreedores y medios de comunicación. Todo será mucho más fácil. Si alguien tiene cuentas pendientes que las deje para otro momento, por favor.

En fin, que al final he terminado hablando del concurso de acreedores. Pido disculpas.

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