La competición liguera no ha hecho más que empezar pero las sensaciones que dejan los blanquiazules son muy esperanzadoras. Quizás la situación actual en la tabla sea un espejismo (o no) porque la temporada es larga, las lesiones aparecen en los peores momentos y los equipos que manejan mayores presupuestos acaban imponiendo su calidad, pero el equipo suena de una manera distinta a la del pasado año. Más calidad en la plantilla, mejor fondo de armario en el banquillo, más dirección técnica y más compromiso son las notas que definen este inicio del curso 2015/16.

El domingo por la tarde salí del estadio con la impresión de presenciar la mejor versión del Depor desde hace mucho tiempo. A las virtudes que apunta esta temporada, a saber: determinación, ansia de victoria, concentración, equilibrio y orden, se unió la eficacia goleadora de Lucas Pérez que da la razón a quienes apostaron por su fichaje pese al esfuerzo económico que supuso. Desconozco si en sus anteriores equipos tenía la magnitud que tiene aquí pero realmente esta imparable en estos primeros envites de temporada.

Uno de los jugadores llamados a ser fundamentales en el equipo es otro coruñés, en este caso Pedro Mosquera. El centrocampista aporta equilibrio al conjunto, marca el ritmo de juego, pasa con criterio y es generoso en el esfuerzo. Reconozco que esperaba mucho de este futbolista y en nada me está decepcionando sino todo lo contrario. Con Borges a su lado, aporta solvencia al mediocampo.

Por lo visto en los últimos partidos, el puesto de lateral derecho no tiene dueño. Víctor está alternando a Laure y Juanfran. El primero es un luchador incansable y un eficaz marcador, mientras que el segundo, sin ser un especialista, tiene la suficiente versatilidad como para jugar a cualquier altura de la banda derecha. Bienvenida la competencia.

Buena decisión la de Víctor Sánchez del Amo a la hora de rotar a los jugadores, la mejor manera de dosificar esfuerzos y tener a toda la plantilla preparada y dispuesta para saltar al campo en cualquier momento.

El sábado toca bailar con el Granada, un equipo que se le atragante particularmente al Depor. Los andaluces cierran la clasificación con una sola victoria pero ya se lo han puesto difícil al Madrid y al Valencia hace apenas unas semanas. Por lo visto son más vulnerables en su feudo. Buena ocasión para cambiar la tendencia de resultados en Los Cármenes.

Por último dos apuntes más allá de Riazor. Uno. Llama la atención el bajo rendimientos de los equipos ingleses cuando salen de las islas. Es difícil de entender que la Premier League, una de las más destacadas competiciones mundiales por competencia y calidad de sus clubes y jugadores, tenga una participación tan paupérrima en la fase de grupos de la Liga de Campeones.

Dos. La lesión de Leo Messi va a poner en su justa medida la trascendencia de los entrenadores en el Barça. Parece que ni Guardiola era tan bueno, ni Martino tan malo, ni Luis Enrique tan determinante en la marcha del equipo. La diferencia la marca el argentino y si no al tiempo. Vamos, igual que su compatriota Alfredo Di Stéfano en la época dorada del Real Madrid y las cinco Copas de Europa.

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