El pasado jueves tuve la oportunidad de asistir a la inauguración de la soberbia exposición de pintura que Lola Catalá nos ofrece en la céntrica y acreditada galería coruñesa “Xerión”. La sobria pero adecuada presentación del acto, que remató con un animado y esclarecedor coloquio, corrió a cargo de Ana-María Souza de la Colina, que es la activa directora de ese dinámico espacio de arte. A continuación, Lola Catalá (con quien aparezco en la fotografía que ilustra esta información) explicó con detalle y suma amenidad el proceso creativo de sus trabajos (pinturas, esculturas y obra gráfica), en cuya finalización participa su esposo, presente en el acto, destacando que le apasiona la infancia. La muestra se compone de un total de 30 obras, cuyos precios van de los 600 a los 5.800 euros, e incluye 10 cuadros de gran formato. Lola es una artista polivalente, de largo recorrido y con una sólida formación profesional. Participó en un buen número de talleres, escuelas, diseño de interiores, clases de dibujo, grabado y pintura. Numerosos premios y galardones jalonan su trayectoria artística, y ha protagonizado exposiciones en gran parte de la geografía española. Sus obras forman parte de numerosas colecciones, públicas y privadas. El agua es uno de los elementos fundamentales en sus acuarelas, sobre todo en las transparencias que resaltan las primeras luces del amanecer. La alegría y la espontaneidad forman parte muy importante de sus creaciones, que transmiten una sensación muy reconfortante de viveza y movimiento. Sobre sus bellas y valiosas obras la propia artista escribió lo siguiente: “Desde que el arte conquistó mi corazón, aprendí a invocar a las musas y a los ángeles que se esconden en la belleza de las cosas. Ello abren de par en parlas puertas del sentimiento y avivan la chispa de la inspiración”. Y con sumo acierto, sin duda. (Foto: Lajos Spiegel)