Tren-Centenario

Soberbia celebración del Centenario del

Ferrocarril Ferrol – Betanzos

Por: Roberto L. Moskowich

Atendiendo una amable invitación de la escritora y cuentacuentos María-Jesús Millarengo, y acompañados por la directora artística Mary Carmen Pérez, asistí el pasado domingo a los actos conmemorativos del Centenario de la inauguración del ferrocarril Ferrol – Betanzos, tramo conocido popularmente como “El Ramalillo”.

Notables ausencias

A esta centenaria celebración estaba prevista la asistencia de la Ministra de Fomento, la orensana Ana Pastor, y el Presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijoo. Pero como sabían las manifestaciones reivindicativas que les esperaban en Ferrol y en otras estaciones del trayecto, ambos decidieron hacer mutis por el foro…

Acto inaugural

El primer acto tuvo lugar en los andenes de la estación de Ferrol, y la espera estuvo amenizada por la Banda Municipal. Hubo parlamentos a cargo del presidente de los Amigos de los Ferrocarriles, Manuel del Río; del alcalde de Betanzos, Ramón García; del alcalde de Ferrol, José-Manuel Rey; del director general de mobilidade de la Xunta de Galicia, Miguel Rodríguez Bugarín, que representaba al presidente de la Xunta de Galicia; y del director general de Ferrocarriles, Jesús-Miguel Pozo de Castro, que representaba a la Ministra de Fomento.

Es de resaltar que el tramo entre Ferrol y Betanzos, inaugurado el 5 de mayo de 1913 por el Rey Alfonso XIII, fue la primera línea construida por el Estado Español. Su éxito fue tal que llegó a contabilizar 250.000 pasajeros al año. Hoy, languidece y está amenazada seriamente de supresión, de ahí las protestas registradas en Ferrol y en varias estaciones del trayecto que recorrimos.

Un tren histórico

Tras el descubrimiento de una placa, que da fe de la celebración del Centenario, accedimos a los viejos vagones de madera de los años veinte, pertenecientes al Museo del Ferrocarril, muy bien conservados por cierto, con sus duros asientos y respaldos de listones de madera orlado con anuncios de hace casi un siglo. El convoy iba tirado por la máquina del famoso “Tren de la Fresa” que cubre el recorrido turístico entre Madrid y Aranjuez.

Recorrido de ensueño

El recorrido, de unos 42 kilómetros, es realmente maravilloso, ya que se viaja a través de un paisaje de auténtico ensueño, atravesando una decena de municipios, bordeando o cruzando tres rías y dos ríos, superados por cinco puentes metálicos muy bien conservados y llamativos. El último de estos puentes está casi en la misma estación de Betanzos Cidade (Betanzos Pueblo en mis tiempos mozos, para diferenciarla de la de Betanzos Infesta), justo donde confluyen los ríos Mandeo y Mendo, antes de que inicien su camino como río único que vierte sus aguas en la bella Ría de Betanzos.

Paradas intermedias

La primera parada la efectuamos en la estación de Neda (tierra de mi buena amiga y anfitriona María-Jesús Millarengo, dueña por cierto del único molino de pólvora existente en la actualidad), donde, tras descubrirse una placa conmemorativa de este viaje centenario, subió al tren su alcalde, Ignacio Cabezón, acompañado por varios miembros de la corporación municipal y un grupo de vecinos.

Perlío (Fene) fue nuestra segunda etapa. Allí, tras el protocolario descubrimiento de la placa de rigor, se incorporó al viaje su alcalde, Gumersindo Galego, acompañado por un séquito formado por miembros de la corporación y otros viajeros de la zona.

La tercera parada tuvo lugar en Cabanas (Cabañas), donde se cumplió también con el trámite del descubrimiento de otra placa conmemorativa, y la incorporación al colectivo viajero de su alcalde, Germán Castrillón, y un grupo integrado por varios ediles y vecinos del municipio.

O Tren”, de Andrés Dobarro

En la parada de Pontedeume quiero destacar dos circunstancias especiales. De una parte, la presencia de su “histórico” y jubilado jefe de estación, Alfonso Molares Porto, vestido con su gorra y uniforme reglamentario, empuñando con firmeza la clásica bandera roja de su cargo. Y por otra, el hecho de que la placa conmemorativa contiene unos preciosos versos de “O tren”, la exitosa canción de Andrés do Barro Lapique que le había convertido en el número uno en las listas españolas de su época.

Y tras incorporarse al grupo viajero el alcalde, Gabriel Torrente, y un nutrido grupo formado por miembros de la corporación municipal y vecinos del ayuntamiento de Pontedeume, el tren puso rumbo a su destino final: Betanzos.

Música y protestas

Debo señalar que en todas las paradas que realizamos hubo actuaciones musicales, a cargo de bandas de música o de grupos de gaitas; así como breves parlamentos que acompañaron el descubrimiento de cada una de las placas conmemorativas, sufragadas por los municipios mencionados. Por cierto que entre las piezas interpretadas por las bandas musicales de Ferrol y de Betanzos se encontraba la composición “El Tren de la Alegría”, de Gregorio Baudot, pieza que había compuesto y estrenado en el viaje inaugural de hace cien años.

El BNG y el PSOE, así como diversos grupos reivindicativos y defensores de la pervivencia del ferrocarril Betanzos-Ferrol, protagonizaron varias protestas en la estación ferrolana y en otras del recorrido del tren centenario, acto que el BNG brigantino calificó de “funeral”.

Con un ferroviario histórico

Durante el recorrido tuve oportunidad de charlar con Manuel Molares Porto, hermano del jubilado jefe de estación de Pontedeume, Alfonso, que cité anteriormente. Manuel, a quien acompaño en la foto y que luce su gorra de Factor de Circulación, va a cumplir 97 años de edad, y goza de una extraordinaria salud física y mental.

Cuando nació Manuel, hecho que tuvo lugar el 8 de agosto de 1916, en Salvaterra do Miño (Pontevedra), la línea Betanzos-Ferrol solamente contaba con cuatro años en funcionamiento. Tras pasar por muy diversas estaciones gallegas, e incluso soportar un castigo de diez años alejado del cargo, al haber sido acusado injustamente de “comunista, masón y protestante”, Molares se jubiló en otro Miño (La Coruña), en este caso el de la estación de ese nombre sita en el trayecto Ferrol-Betanzos.

Apoteósica llegada a Betanzos

Tras una hora de fantástico e inolvidable viaje, disfrutando además de un tiempo realmente veraniego, arribamos al fin a nuestra estación término. La llegada a la histórica ciudad de Betanzos, antigua capital del Reino de Galicia, fue realmente apoteósica. La emoción se desató en la mayoría de las personas que viajaban a nuestro lado. Allí estaba, acompañado por su familia, Alfredo Erias, historiador, artista, archivero-bibliotecario de Betanzos y director del Museo das Mariñas, quien no pudo ocultar su júbilo por el triunfal arribo a su querida ciudad.

La cosa no era para menos, ya que los andenes estaban abarrotados de un público exultante, lo mismo que la explanada anexa y la zona que da a la fachada principal del edificio de la estación, en la que se descubrió la bella placa centenaria, con los parlamentos y el acompañamiento musical de rigor. Por cierto que entre los numerosos cámaras y reporteros gráficos que nos esperaban recuerdo a Pedro Puig, querido ex compañero durante siete años en el periódico “El Ideal Gallego”.

Banquete típico

Una vez rematados los actos protocolarios, nos trasladamos caminando hasta la ciudad, atravesando para ello la estilizada y amplia pasarela peatonal que sobrevuela el río Mendo. Allí, en el corazón del popular barrio de La Ribera, cuna de la poetisa Esther López Castro, se encuentra el precioso edifico del “Matadero”, otro de los valiosos legados arquitectónicos que los emigrantes hermanos García Naveira hicieron a su Betanzos natal.

Bajo las monumentales arcadas interiores del “Matadero” disfrutamos de una estupenda comida típica gallega, conmemorativa del Centenario de la Inauguración del Ferrocarril Betanzos-Ferrol, con la que se cerraron los actos celebrados con tan fausto motivo.

Regreso feliz y esperanzador

Y, a las 17,30 horas, con puntualidad ferroviaria, el tren histórico dejó la Ciudad de los Caballeros y nos llevó de vuelta a Ferrol, donde llegamos felizmente y pusimos fin a una jornada muy grata y realmente inolvidable.

¡¡Ojalá que esta histórica celebración signifique un punto de inflexión que permita la continuidad de “El Ramalillo” entre Ferrol y Betanzos”!!. (Foto: Lajos Spiegel).

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