Hoy recibimos en jornada de dominical y en Riazor a un Albacete venido de menos y más. El equipo manchego no va a ser un rival fácil, pero se le puede y debe ganar.
El Depor acaba la primera vuelta sin haber pisado el liderato, y el segundo puesto que da derecho al ascenso directo únicamente en dos o tres ocasiones. Por lo cual, convendremos que esta minicrisis que vive el equipo deportivista no es por la clasificación. Seguimos, al igual que toda la competición, en puestos de promoción. Algunos deben tener en cuenta que tiene el mismo derecho a promocionar quedar en el tercer puesto que en el sexto.
El objetivo obligado del Real Club Deportivo de La Coruña pasa desde que comenzó a rodar el balón por conseguir el ascenso directo, jugar la promoción sería un mal menor y no ascender una catástrofe.
El momento que pasamos es sin lugar a duda por el mal juego realizado en las últimas jornadas. Los responsables son todos los miembros del área deportiva. La dirección deportiva, el cuerpo técnico y futbolistas del primer equipo sin excepción son los máximos garantes de esta situación.
A Carmelo de Pozo, que últimamente se enseña poco, hay que recordarle que el mercado de invierno esta a punto cerrarse y que los refuerzos se hacen necesarios. Lo que está claro es que la adaptación de los jugadores que lleguen va a llevar algún tiempo, por lo cual se hace necesario que esos refuerzos se materialicen lo antes posible. Esperemos que a estas alturas de la temporada los planteamientos de las salidas sean solo de jugadores que aporten poco, y no de los que han jugado minutos. Le vamos a dar una pista, el equipo tendrá hombres y no nombres, pero lo que estoy seguro de que lo que necesitamos en la primera plantilla es futbolistas con talento.
A Natxo González hay que decirle que tiene que acostumbrase a la crítica, tiene que ejercer este sano ejercicio y ser más exigente consigo mismo y con los que tiene a sus órdenes. A los futbolistas debe decirles que ahora mismo el trabajo, actitud y confianza son las base para conseguir el ascenso. Tiene que aprender a gestionar las emociones y dejar de resoplar cuando la soberana grada le recrimina alguna de sus actuaciones.
Otro tema que nos debe llevar a reflexionar es el trabajo que se esta haciendo con la cantera, donde los resultados son malos. Y donde de un tiempo a esta parte han desaparecido jóvenes promesas que en algunos casos mejoraban lo que tenemos en el primer equipo.
En fin, siento la acidez del artículo de hoy, pero el Depor somos todos, lo cual nos da derecho a opinar. Mi responsabilidad como deportivista me obliga exigir en pro y defensa de los interese de nuestro querido Depor. Esperemos que vengan tiempos mejores en forma de resultados que nos permitan conseguir el ascenso a la máxima categoría del fútbol nacional. ¡Forza Depor!