Fue en el año 1990, aunque no se concretó hasta tres años después, cuando Víctor-Manuel Vázquez Portomeñe, mi querido amigo y compañero en las desaparecidas Milicias Universitarias, con quien aparezco en la fotografía que ilustra esta información, parió una maravillosa idea que daría lugar a la creación del famoso “Pelegrín” y a la puesta de nuevo en valor del “Camino de Santiago”. Portomeñe, al igual que yo y muchas otras personas, sobre todo las que nos dedicamos a escribir, suele utilizar las servilletas de cafés y restaurantes para anotar ideas o cosas que le vienen a la cabeza en ese momento. Y eso fue lo que sucedió en el ya algo lejano año de 1990, en “O Gato Negro”, uno de los pocos establecimientos con auténtica solera que quedan en el casco viejo de Compostela, cuando Víctor-Manuel utilizó unas servilletas para ir plasmando sobre ellas sus galopantes y novedosas ideas sobre el “Camino de Santiago” y su revitalización más que necesaria, dándole un enfoque turístico y moderno, aunque sin abandonar, como es natural, su tradicional y secular aspecto religioso. Ese fue el germen de lo que más tarde se convertiría en el exitoso y rutilante “Xacobeo 93”, del que se han cumplido ya 25 años de continuados incrementos en el volumen de peregrinos llegados de todas las partes del mundo. Una de las grandes y exitosas creaciones de Portomeñe fue el famoso “Pelegrín”, un auténtico icono del “Camino de Santiago”, que nunca debió haber sido suprimido de la promoción del mismo. Desde la celebración del famoso “Xacobeo 93”, que contó con el apoyo de Manuel Fraga, han sido más de tres millones y medio los peregrinos que han visitado Compostela, y más de 7.000 libros y publicaciones sobre el mismo, constituyéndose en una de las mejores formas de incrementar su promoción en Japón, Estados Unidos. Corea del Sur y Latinoamérica. Es de justicia, pues, recordar a Portomeñe, y yo lo hago. (Foto: Lajos Spiegel)