Existen posibilidades matemáticas, pero escasas de que nuestro querido Real Club Deportivo de La Coruña permanezca la próxima temporada en la máxima categoría del fútbol nacional. Podemos decir que los resultados no nos acompañaron y que tuvimos mala suerte, pero la realidad es otra. Hemos hecho una temporada penosa y la consecuencia es que estamos a falta de cuatro jornadas para concluir la temporada y con muy pocas opciones de librarnos del descenso.

Barcelona, Celta, Villareal y Valencia no parecen los mejores rivales para conseguir el milagro. Tengo que reconocer que Seedorf me ha sorprendido con ese inagotable discurso de optimismo que trata de contagiar a la familia blanquiazul. Ahora descubro cual fue una de las claves para qué este hombre llegase a donde llegó como futbolista. El holandés cree en su proyecto, en sus posibilidades y en si mismo, algo fundamental para lograr el éxito. Agotar los últimos cartuchos en pro de salvaguardar los intereses de nuestro Depor es de obligado cumplimiento y esa es la misión en la que Clarence va a poner todo su empeño, a la espera de disputar y ganar esa única final a la que lleva refiriéndose algún tiempo.

Aparte de mantenernos optimistas, y teniendo muy presente que la ilusión es lo último que se pierde, creo que se acerca la hora de ser realistas y previsores para que no nos pille el toro. Hay que trabajar en una nueva dirección que es la de ir preparando el equipo para jugar la próxima campaña en la categoría de plata. Por ello, ha llegado el momento en que el Club debe presentar el proyecto de un área deportiva con un modelo de trabajo diferente, mejor dicho, muy diferente al actual. Para ello debemos tener una dirección deportiva con experiencia y una secretaria técnica que comparta y crea en el nuevo proyecto. ¿Por qué digo esto? Pues es muy sencillo, era una de las grandes carencias que tuvimos los últimos tiempos.

Otra de las grandes dudas que existen es si Seedorf va a formar parte de este proyecto. Por un lado, el holandés quiere conocer el manual de funcionamiento deportivo, y por el otro, el Club quiere saber si Clarence encajará en el nuevo modelo que se trata de implantar.

Lo que algunos suspiramos es por la implementación de un modelo común de juego y de trabajo en todas las categorías del Depor, esta fórmula facilitaría mucho la labor.  Que desde los alevines hasta el primer equipo siguiesen una hoja de ruta de trabajo similar es algo que se hace tiempo atrás en muchos clubes. Esta forma de trabajar nos permitiría llegar a un punto de encuentro ideal donde todos los equipos de categorías inferiores hablasen el mismo lenguaje que el primer equipo.

Si hablamos de anhelar podemos volver a desear que el Consejo de Administración cree un comité de sabios para que los asesoren en el tema deportivo. La Coruña y el deportivismo está repleto de grande entendidos en fútbol y debemos aprovechar sus conocimientos para el beneficio de todos.

Hay algunos socios y accionistas descontentos con el actual Consejo de Administración y esa ruptura quedará aun más patente en el momento que el descenso sea efectivo. Y para finalizar, dejé en último lugar la necesidad imperiosa de limpiar el vestuario blanquiazul. Todos sabemos desde los tiempos de Víctor Sánchez del Amo que falta sintonía en la plantilla y que esto tiene que mejorar. También somos conscientes como en otras ocasiones que algunos abandonaran el barco pues sus fichas son insostenibles en segunda división. Ahora más que nunca ¡Depor Campeón!

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