Artículo by Pablo G. Ramos en DXT Campeón el jueves 6 de junio de 2013

No pudo ser. Pese al soplo de esperanza que le dio Fernando Vázquez, el Depor no ha podido mantener la categoría. Tuvo ocasiones para certificar la permanencia contra el Málaga o la Real Sociedad pero no fue capaz de rematarlo. La historia reciente del club nos recuerda que el Depor no es equipo de últimas jornadas. El penalti fallado por Djukic en 2004 para perder la Liga, la derrota contra el Valencia en 2011 que nos condenaba al descenso de categoría o aquella otra tan triste contra el Rayo Vallecano en la temporada 1982/83 que privó al equipo del ansiado ascenso.

La realidad es que con 35 puntos en 39 jornadas, poco se puede esperar y más teniendo en cuenta que en 2011 se descendió con 43 puntos. Yo añadiría que si el descenso se otorgara por los méritos de los equipos, tendríamos que hablar este año de seis equipos en lugar de tres.

Es hora de hacer balance de una mala temporada. Una temporada marcada por una situación económica desesperada que impidió retener el talento y acudir a los brazos de Mendes en busca de jugadores cedidos que pudieran mantener al equipo en primera división. En definitiva, eran aves de paso.

La situación actual es la siguiente: el club está intervenido por el administrar concursal y el equipo en segunda división con sólo diez jugadores con contrato en vigor. Las deudas y la caída de ingresos de patrocinadores y televisiones, impiden que se pueda reforzar la plantilla para recuperar la categoría inmediatamente. No hace falta hacer memoria para recordar que el último ascenso se consiguió con peloteros de la talla de Valerón, Guardado, Colotto, o Riki, ninguno de los cuales estará la próxima en el cuadro coruñés.

Conviene, por tanto, visualizar el escenario que tenemos para poder afrontar el futuro del club con cierta coherencia. Un futuro que debe pasar ineludiblemente por la apuesta decidida por la cantera. Seguramente no sea la opción que más ilusione a la masa social, ávida de retornar a primera, ni tampoco resultará ser la más competitiva pero la Casa no está para afrontar soluciones más costosas.

A quiénes mantienen que de Abegondo no salen jugadores para el primer equipo hay que preguntarle si existen más caminos para salir de una manera realista de la crisis y empezar a reconstruir el Real Club Deportivo de La Coruña.

La ciudad ha vivido veinte años de éxitos pero las reglas del juego han cambiado y se necesita otro guión para recuperar a este enfermo. Modelos más sostenibles basados en la capacidad de generar talento en la cantera y cuadrar las cuentas al final de temporada. Y sobre mucha paciencia (no precisamente la del entrenador portugués) en esa transformación.

Twitter: @pgarcia_ramos

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