Tras varios días en obras, la céntrica y acreditada galería coruñesa “Arte Imagen” ofrece un aspecto muy acogedor. La “reapertura” de este espacio, que con tanto acierto dirige Bea Pardo, tuvo lugar el viernes pasado con una soberbia exposición del polifacético artista herculino Javier Sanz, quien hace bueno el dicho “de casta le viene al galgo”, ya que su abuelo, Ricardo Gómez Blanco, fue un excelente pintor, y su madre, Rosa Gómez de Sanz, una muy cualificada crítica de arte. Por cierto que, según su familia, yo soy uno de los pocos afortunados a quien Ricardo (mi querido ahijado en el Club de Leones La Coruña-Marineda) regaló una de sus obras….Y ahora su nieto Javier, que ya expuso en Madrid, Barcelona, Nueva York, etc., nos ofrece hasta el 10 de febrero una brillante muestra de su creatividad, con una impactante exposición titulada “Pulsiones de Hierro”, que ha sido muy elogiada por el numeroso público que asistió al acto inaugural. El propio artista escribió: «Esculpir es tensar y para tensar hay que llegar al límite. El límite en la escultura o lo busco contrayendo la o lo busco expandiendo la. Y cuando lo alcanzo encuentro lo que andaba buscando la pulsión del hierro. Cada vez que late el corazón se tensa. Hago mías las palabras de Rothko: “En mis cuadros existen dos características: o bien se trata de superficies expansivas que se dilatan hacia el exterior en todas direcciones, o bien de superficies que se contraen y retraen hacia el interior en todas direcciones. Entre estos dos polos encontrará todo lo que tengo que decir”. Por cierto que Javier, magnífico fotógrafo y escritor, nos escribió y regaló a cada uno de los asistentes un verso diferente. ¡Muchas gracias, y muchos éxitos!. (Foto: Lajos Spiegel)
