De unos años a esta parte, la nueva generación de economistas y políticos al uso han acuñado el término “emprendedor/a” como si se tratase de una nueva especie humana que hubiesen creado en el mundo laboral. Craso error, ya que hombres y mujeres “emprendedores” los ha habido toda la vida.
Con mayor o menor fortuna, o con más o menos popularidad y propaganda mediática. Que se lo digan a mi buena amiga Mabel Soto Doce, con quien aparezco en la fotografía que ilustra esta información. Nacida en Mañón-Ortigueira (La Coruña), el 26 de septiembre de 1952, se prejubiló después de muchos años de larga y dura brega laboral, dejando una profunda huella como auténtica emprendedora. En su tiempo, Mabel rompió barreras y eliminó tabúes, ya que fue taxista, presidió durante tres años la Asociación de Taxis de Culleredo, y todavía es la propietaria de la Licencia nº 14 de Culleredo (La Coruña). El 13 de agosto de 1970 comenzó, con su hermana Estela, en las Auto Escuelas “Soto” y “Mabel”. No fue fácil, ya que todos eran hombres. Las miraban de lado, y alguno les decía “Vete a fregar los platos”. Fue Directora y Profesora, hasta que en el 2006 vendieron las 6 Auto Escuelas (Los Mallos, Meicende, O Burgo, Eirís y Vilaboa) a sus empleados, ya que ni sus hijos ni los de su hermana quisieron seguir con el negocio. Viuda y “sin novio”, desde hace 12 años, le gusta viajar y disfrutar con sus amigos (hace poco se reunió con más de veinte en “El Rincón de Ger”, en la Playa de Santa Cristina). Abuela feliz, tiene 2 nietos, de 3 años y 3 meses, de su hijo César, dueño de “Protop” (Topografía y Proyectos).
También tiene una hija, Raquel, Arquitecto Técnico al frente de “Diryges” (Dirección y Gestión de Obras). Pero su prioridad actual es su madre, de 94 años, que se conservó perfectamente hasta los 87. ¡Chapó, querida Mabel!. (Foto: Lajos Spiegel)