Lo vivido en Riazor en estos dos partidos correspondientes a la fase de ascenso puede marcar un antes y un después. Después de mucho tiempo la afición blanquiazul ha disfrutado de lo lindo con el juego y el resultado, pero sobre todo de la fiesta que supone la sintonía recuperada entre la grada y el primer equipo.
El partido de hoy es muy difícil, el Mallorca es un equipo fuerte pero el Depor esta lleno de moral y confianza. Ambos conjuntos están bien armados, pero a los mallorquines puede pasarles factura la baja de Pedraza y el esfuerzo hecho por diez jugadores durante buena parte del partido de ida. De todos modos no debemos mirar atrás. El otro día con un hombre menos el Mallorca, teníamos que haber ido por el tercero y hoy sería otra cosa. Olvidando los quince primeros minutos del partido del jueves, el Depor jugó mucho mejor que el Mallorca. Estos pequeños detalles, sumados a la ventaja de un dos a cero, que incluso es mejor que el cuatro a dos con el que fuimos a Málaga, le dan una pequeña ventaja al equipo deportivista. Los malagueños, desde mi punto de vista, son mas mejores que los baleares y los dejamos fuera de la fase de ascenso. Aunque sobre el papel parece más fácil que en Málaga, por el resultado y por lo visto en Riazor, no hay que confiarse y recordar que también tenemos el hándicap de las lesiones.
Los coruñeses y deportivistas estamos en un momento de euforia tremendo, lo cierto es que hacia falta, los que no deben confiarse son los futbolistas que son a los que les corresponde batir el cobre. A favor del Depor juega una noche meiga, que siempre fue santo y seña de la ciudad coruñesa, que año tras años honra el San Juan y el solsticio de verano con lume por todos los rincones.
Tengamos fe, sin lugar a duda si jugamos como el otro día, ascenderemos. Hay que olvidar el mal juego desarrollado a lo largo de la temporada. Hoy no es día de acordarse de los malos momentos, léase penalti de Djuky, partido del Rayo Vallecano, promoción con el Tenerife, Oporto y demás. Hoy es día de recordar las grandes gestas, como el Centenariazo, el ascenso ante el Murcia, los goles de Donato y Roy Maakay ante el Español, y la final de Copa ante el Valencia, o los partidos de Champións donde el del Milán aun perdura en el recuerdo de muchos. Como también nos vienen a la memoria los momentos vividos con el SuperDepor. No debemos temer una defensa numantina hoy en la isla. Ni debe preocuparnos nuestro sistema de contención, está mermado con las lesiones y es fundamental para afrontar un partido de estas características, pero estoy convencido que saldremos bien parados.
Hasta los más pesimistas piensa que hoy vamos a conseguir el ascenso, que no se nos va a escapar es el sentir general en las calles, nadie habla de fiesta en la fuente de cuatro caminos, ni de recepciones en el palacio de María Pita, pero todos en nuestro interior sabemos que estos momentos están por llega. Entonemos el ¡Forza Depor! seguros de que desde el cielo nos amparan esa nutrida legión de deportivistas entre los cuales este mi querido padre Fefé apoyando al equipo de nuestros amores. Lume na Noite Meiga.