Como muchos de mis queridos lectores (h-m) saben, yo celebro dos Cumpleaños: el 14 de julio, que es cuando nací, y el 30 de diciembre, al que denomino “Aniversario Vital”. Y algo parecido hace mi buen amigo José-Ricardo Morales, cabrero, taxista, empresario y vecino de la turística y bella isla de Lanzarote.
Al igual que varios paisanos suyos, José-Ricardo vino a La Coruña con el fin de someterse a un doble trasplante de pulmones en el Hospital Universitario de La Coruña (CHUAC). Tras las pruebas de rigor y la espera consiguiente, al fin el 14 de abril del pasado año fue exitosamente intervenido.
Debido la situación provocada por el maldito Coronavirus, José Ricardo tuvo que conformarse con celebrar en la intimidad familiar su primer “Aniversario Vital”, dándose la circunstancia de que, debido a una de las revisiones que le realizan periódicamente en el “CHUAC” su 59 cumpleaños le cogió en La Coruña, concretamente en la muy turística Playa de Santa Cristina.
Y con el fin de celebrar esos 59 años de buena salud, José Ricardo, y su esposa Margot, nos invitaron a Berta Cuiñas, José Quintáns y a mí (primera fotografía) a celebrar su cumpleaños en el prestigioso restaurante “El Refugio”, que cuenta con “1 Sol” de la acreditada guía culinaria “Repsol” y sito en pleno corazón de Oleiros (La Coruña), donde tuvimos la suerte de ser recibidos y atendidos por su propietario y gran amigo Alfredo Castrelo, feliz circunstancia que me alegró mucho.
Como es habitual en ese restaurante, la comida fue de primera: salpicón de marisco, calamares, croquetas de marisco y patatas chips, de entrada; arroz con lubrigante y bacalao con nueces y almendras, de segundos, generosamente regado todo con un excelente vino Mencía “Trepa”. De postre, un soberbio suflé, con cafés y chupitos de licores varios. Y como broche de oro, una larga y muy animada sobremesa, preñada de anécdotas y vivencias de los comensales, especialmente por parte del cumpleañero. ¡Qué se repita muchos años, querido José-Ricardo!.
Sobre los “amigos virtuales”, como yo les llamo, mi nonagenario amigo, real y auténtico, Antonio Abeijón Fábregas, ha publicado en las redes sociales:
“Un amigo de los hechos con el dedo, es decir, de los que pide amistad, la cual sin conocerlo se le otorga mediante el gesto de apoyar la yema sobre la tecla, me recomendaba hace dos días la consulta con un neurólogo, un psicólogo o algún otro que terminando en ólogo, no se saliera de las lindes de la cabeza.
“Creen que han descubierto América. Y digo creen porque no hace mucho, otra -en este caso fue una supuesta amiga- me hizo la misma recomendación.
“No sé si, al de estos días, le habrá picado una mosca. Todo puede ser, porque la Velutina sigue haciendo desfeitas si se le deja. O, porque a él, al que supongo más joven que yo, le ha dado un arrechucho de juventud y a quien no quiero suponer le mueva interés alguno.
“Lo de ella fue distinto. Ahí ya había intereses crematísticos. Quería hacer creer que yo no estaba en mis cabales y que necesitaba los cuidados de rigor. En fin; que nunca falta un roto para un descosido. Ni un animador inesperado”.
Como todo buen abuelo que se precie, mi excelente amigo José-Ramón Mella Pampín, presidente del Club de Leones La Coruña Marineda, está muy orgulloso de los grandes éxitos deportivos de su nieto Iago Mella Rodríguez (en la segunda fotografía), que es uno de los mejores taekwondistas con que cuenta Galicia en la actualidad. Según me comentó hace unos días, el “Hotel Alda Marina” de la bella ciudad de Sada (La Coruña), que es la misma empresa que lleva el Hotel Santa Cristina próximo a mi casa, les ha dejado una planta para entrenamiento, cosa que celebro.
Me sumo a la petición y a la positiva postura de la astróloga y creadora de moda Manoli Devesa: “Buenos días: Quiero pediros un favor a todos mis amigos. Que dentro de un año celebremos, sin que falte ninguno, que una vez más hemos vencido la adversidad. Nuestra generación fue trasgresora y firme. No podrá con nosotros un cruel virus para arruinar lo que nos queda por vivir. Ánimo que ya queda poco. Creo que ya está cediendo. Eso sí, con muy mala cara y los coletazos que da un derrotado”.
El destacado tenor coruñés Enrique Paz, que sigue deleitándonos con sus interpretaciones casi diarias, a través de “Facebook”, me remitió este correo electrónico: “De nuevo, muchísimas gracias Roberto. No se te pasa una, jajaja… Voy a nombrarte mi agente artístico, pues nadie me hace tanta publicidad como tú. Cuídate mucho, y GRACIAS una vez más. Quique”.
Unos días antes de la entrada en vigor del cierre total de la hostelería, recomendé a mis amigos y lectores (h-m) que, si podían, aprovechasen para salir a comer fuera, antes de que se produjese el cierre a cal y canto, y mi buena miga Pilar Gómez me remitió el siguiente guasapo: “Muchas gracias. Tú sigues mencionándome y me dijiste que salga a comer fuera. Lo dirías para que me distraiga, pues sabes que me gusta la cocina y que me encanta hacerme la comida. Besos”.
Días atrás les hablé del exitoso libro “Enseñar a los hijos a ser ordenados”, del que es autora Patricia Ferrández, sobrina de la excelente pintora ferrolana Manuela Castro, quien me remitió este mensaje de gratitud: “Patricia te envía las gracias. Le ha gustado mucho tu publicación. Ella vive en Madrid. Estamos pasándolo todos muy separados, y en casa. Otro fin de semana en casa. Suerte para todos. ???”.
Finalizo por hoy. Prometo seguir publicando más crónicas de este “Estado de Alarma”. ¡¡¡Mientras el cuerpo aguante!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)