Visitas al Parque Nacional Skaftafell, al glaciar Vatnajokull y a la laguna glaciar de Jökulsarlón
Para no perder las buenas costumbres, el lunes día 26 también tuve que madrugar, ya que los desplazamientos que figuraban en mi hoja de ruta eran muy largos y había muchos y muy interesantes lugares para visitar durante el recorrido.
Después de un excelente desayuno, estuve charlando un rato con mi guía Örn, con el fin de que me ampliase o aclarase algunos detalles en particular de la nueva e intensa jornada que teníamos por delante.
El punto más meridional de Islandia
Como siempre, la partida del Hotel Dyrhólaey, sito en el Área deVik, fue casi cronométrica, cosa que yo siempre agradezco, ya que considero la puntualidad y el respeto a los horarios fijados como una de mis cualidades.
El primer lugar que visité fue la gran playa de arena negra de Reynisfjara, con sus grandes farallones y unas formaciones basálticas al pie de la montaña volcánica que se hunde en el mar y que semejan columnas perfectas realizadas por el ser humano, en cuyo extremo se encuentra la isla Vestmannaeyjar, que es el punto más meridional de Islandia. Hasta allí llegaron las riadas de lava de la erupción de 1998 del Volcán Katla.
Parque Nacional de Skaftafell
Despuésdi un largo paseo por Eldheaun, la región de lava más extensa del mundo, originada por una gran erupción que tuvo lugar en 1783 y, tras una “parada técnica” en Kirjubaejarklaustur para tomar un reconfortante café, recorrí la región desértica-arenosa de Skeidararsandur, con vistas al punto más alto de Islandia. En pleno Parque Nacional de Skaftafell atravesé el puente más largo de la isla, de 903 metros, y llegué al glaciar Vatnajökull (primera fotografía), que como dije es el segundo más grande de Europa. La citada erupción del volcán causó grandes destrozos, y el cambio climático provocó un gran retroceso hasta el punto de que hoy están separados sus dos grandes brazos y el de la izquierda termina en una laguna que va aumentando al derretirse el hielo.
Una guía de Ourense, en Jokulsárlón
Después de comer en Skaftafell, vi la otra cara del Vatnajökull en Jokulsárlón, por cuya gran laguna glaciar di un largo y precioso paseo a bordo del barco “Klaki”,una extraña embarcación dotada de ruedas para bajar por la montaña y entrar directamente al agua, maniobra que tuvo que hacer con sumo cuidado para evitar chocar contra alguno de los grandes icebergs que poblaban la extensa laguna. Por cierto que la guía, que era de Ourense, nos dio a probar hielo extraído de una gran barra cristalina pura (segunda fotografía)arrancada de un iceberg de más de mil años de antigüedad.Una ceremonia similar a la que años atrás había vivido durante mi visita a los grandes glaciares de la Antártida.
Dicen que “no hay dos sin tres.” Me refiero, en este caso concreto, a los contratiempos. Si en Monforte (Lugo) tuve que esperar dos horas y media a causa de un gran incendio, y en Keflavik perdí mi transporte al hotel, en Jokulsárlón hube de cambiar de autocar, ya que al estupendo y moderno “Mercedes” en que me desplacé hasta allí se le pinchó una rueda y se le rompieron en el agreste y empedrado camino los pernios de sujeción de la misma. Desmontaron la enorme doble rueda trasera derecha e intentaron arreglar la avería, pero resultó imposible.
Parada y fonda en la ciudad de Höfn
A bordo del nuevo transporte me desplacé hasta la ciudad de Höfn, que era el final de mi hoja de ruta diaria. Se trata deun pueblo que tiene2.000 habitantes y es el más importante del sur de Islandia. Cuenta con un estupendo puerto pesquero, actividad directa o de industrias relacionadas de la pescade la que viven la mayoría de sus pobladores y gentes de otros lugares cercanos, aunque desde haceunos cuantos años también el turismo ha adquirido bastante importancia entre sus actividades productivas.
Una vez que hube dejado el equipaje en mi habitación del Hotel Edda, me dediqué a “patear” el pueblo, muy ventilado por cierto y con unas preciosas vistas, con el mar por un lado y enormes montañas y volcanes por el otro. En mi detenido y largo recorrido me subí al “Akurey” (tercera fotografía), que es un gran barco pesquero que anclaron en tierra como monumento a los pescadores, y visité el Club Náutico, el Restaurante Parkhús (inaugurado en el año 1935), el monumento al “Quinteto danzante”, y otros lugares de interés.
Y después de una suculenta cena, a base de productos del mar, como no podía ser de otro modo encontrándome en un puerto pesquero de primera magnitud, regados con unmás que aceptable vino del país, y rematada con postres típicos y licores, me di un largo paseo hasta el hotel lo que me vino muy bien para ayudar a hacer la digestión de tan abundante comida. Por cierto que ese proceso digestivo se vio favorecido porque al llegar al hotel no me acosté de inmediato, ya que antes estuve revisando las fotografías y el video realizados durante el día. Y cuando me “ensobré” era bien avanzado ya el día 27…que se presentaba también muy largo e intenso.(Fotos: Lajos Spiegel).
6 comentarios en “Islandia: Mucho más que agua y fuego (III)”
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Muchas gracias a Fana Quiroga, Alberto Carpo, Lydia Méndez, Ramón Mella, Lydia Méndez, Arturo López Petinal, Mercé Grané, Agustín Vázquez, Antonio Gómez Bellón…por los elogiosos comentarios al relato de mi maravillso viaje a Islandia.
Ciertamente, Islandia será un país perteneciente a Europa, pero por el relato parece un mundo en sí mismo. Enhorabuena por tercer día. Mañana el cuarto?
Muchas gracias, de nuevo. Mañana será el cuarto relato.
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Un fuerte abrazo,
Pues sí que estaría interesado en el libro. Dime los datos y el procedimiento a seguir y ya tengo «auto-regalo» navideño!
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Un fuerte y cordial abrazo,
Muchas gracias a Fana Quiroga, Alberto Carpo, Lydia Méndez, Ramón Mella, Lydia Méndez, Arturo López Petinal, Mercé Grané, Agustín Vázquez, Antonio Gómez Bellón…por los elogiosos comentarios al relato de mi maravillso viaje a Islandia.