Reparador e inolvidable baño en la Laguna Azul, y visita a las bellas
cascadas del Área de Vik
La noche que pasé en el Hotel Icelandair, de Keflavik, no pudo ser más corta, ya que apenas dormí tres horas, pues a las siete de la mañana ya estaba en pie para asearme, recoger mis pertenencias y bajar a desayunar, ya que de inmediato iniciaría el amplio programa de visitas fijado para el día 25, que por cierto era domingo.
Al terminar un buen desayuno-buffet conocí a mi guía, un hombretón de casi dos metros de altura que se llama ÖrnEmilsson Thor (primera fotografía), con el que hice muy buenas migas. Ex jugador internacional de balonmano, me confesó que su verdadero trabajo era el de Profesor de Francés y Latín en el Instituto de Akureyri, una de las más importantes ciudades de Islandia y que figurabaentre mis visitas previstas.
Con puntualidad encomiable inicié mi salida hacia la Laguna Azul, un balneario geotérmico natural, rodeado de lava, cuyas famosas y curativas aguas calientes son ricas en muy diversos minerales.
Apuntes interesantes sobre Islandia
Antes de continuar con mi relato personal, creo conveniente comentarles algunas cosas interesantes,o curiosas, sobre Islandia. Aunque tienen buenas carreteras, carecen de autopistas, ya que apenas hay unos pocos kilómetros a la entrada de la capital, Reikiavik. También hay buenas pistas de tierra, sobre todo en las zonas montañosas, que se cierran en invierno cuando la nieve cubre por completo y de forma casi permanente la isla.
Casi todos los taxis se pagan con tarjetas, ya que están dotados de máquinas validadoras, y lo mismo sucede con las gasolineras. El uso del wifi es gratuito en la mayoría de los casos, y los autobuses turísticos y de grandes viajes llevan una antena especial adosada al asiento del conductor para captar y mejorar la señal de internet.
Islandia apenas llega a los 330.000 habitantes, de los cuales unos 198.000 residen en la capital, Reikiavik. De hecho las zonas habitadas se encuentran casi todas en la costa, ya que el interior del país está ocupado por grandes glaciares (entre ellos el enorme Vatnajökull, que es el segundo más grande de Europa), enormes campos de lava y zonas desérticas o semidesérticas.
Gran parte de las costas de Islandia están orladas con preciosos y grandes fiordos, que en algún caso se introducen hasta 60 kilómetros en tierra firme. La pesca y sus actividades derivadas son el modo de vida de la mayor parte de los pueblos, así como la cría de ovejas y caballos autóctonos (de poca alzada, buen pelaje, fuertes y muy resistentes). Son frecuentes los fuertes vientos, sobre todo en las montañas y zonas desérticas. Abundan el agua, los volcanes, el fuego, el azufre y las zonas geotérmicas.
La mayoría de los hoteles de Islandia se han puesto al día, debido al fuerte incremento de un turismo de calidad, que debe hacer frente al elevado coste de los desplazamientos hasta esa lejana isla que se asienta sobre el Círculo Polar Ártico.
Y para rematar, antes de volver a mi periplo personal, les diré que los islandeses son muy tradicionalistas, muy amables, y que sienten y practican un gran respeto por el medioambiente.Tienen a gala conservar secularmente su idioma (el islandés) sin apenas cambios, evitando contagios foráneos o de términos tecnológicos al uso. Abunda la población que sabe expresarse en inglés, o que al menos lo entiende.
Gran baño en la Laguna Azul
Sigo, pues, con mi viaje. Del hotel de Keflavikmarchérumbo a la Laguna Azul, un balneario geotérmico natural rodeado totalmente de lava, donde me di un largo y reconfortante baño (segunda fotografía) en sus medicinales aguas calientes, que son muy buenas sobre todo para la piel. Pese a su gran extensión, estaba muy poblada por gentes de muy diversos lugares, abundando los japoneses, americanos y españoles. Si, han leído bien, españoles, que en numerosos grupos encontré luego a lo largo de mi muycompleto recorrido por la isla.
Cascadas de Seljalandsfoss y Skogafoss
Después de comer en un restaurante situado sobre la misma Laguna, fui a visitar un gran secadero de bacalao, y continué viaje hacia la Costa Sur, parando para visitar las impresionantes cascadas de Seljalandsfoss y Skogafoss (tercera fotografía). En la primera, que tiene 65 metros de altura, circulé por detrás de su enorme cortina de agua, ascendí por su escarpado lateral, yterminé mojado hasta la coronilla. La segunda, llamada “Cascada del Bosque”, aunque ya no queda allí ni un solo árbol, tiene 60 metros de altura y un gran caudal de agua procedente del gigantesco glaciar Vatnajökull.
A continuación bordeé la Costa Sur, y me desplacé hasta Vik, alojándome en el Hotel Dyrhólaey, un acogedor refugio de montaña en el que, desde mi habitación, disfruté de la vista de varios volcanes, de un bello fiordo, y de una pequeña isla.
Y tras una reparadora cena, y revisar el video y las fotos realizadas, me acosté, ya que al día siguiente me esperaba otra intensa y larga jornada.(Fotos: Lajos Spiegel).
2 comentarios en “Islandia: Mucho más que agua y fuego (II)”
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Nuevamente, enhorabuena por este segundo capítulo. Mucho más que interesante toda tu narración. ¿Lo mejor del relato? El último párrafo, porque nos anticipa un nuevo capítulo.
Es un viaje realmente muy recomendable, para quienes puedan realizarlo. Gracias, de nuevo, por loe elogios a mis crónicas.