(Fuente: La Voz de Galicia) Podría decirse sin temor a la exageración que el futuro de Ignacio Alabart (A Coruña, 1996) va sobre ruedas. Y con un stick en la mano, añadirían sin dudarlo en su nuevo hogar deportivo. Nada más, y nada menos, queLa Masía, la trastienda del club más poderoso del planeta hockey sobre patines, el FC Barcelona.
Lejos de arredrarse, Ignacio Alabart, flamante campeón de Europa juvenil con España, ha recogido el guante y en apenas unas semanas ha perfilado su horizonte azulgrana. Tanto es así, que aún formando parte del equipo juvenil, ya ha sido reclamado para participar en los entrenamientos del conjunto de Primera Nacional e incluso del primer equipo, actual campeón dela OK Liga.
Superados los primeros momentos de adaptación, su padre, el exliceísta Francisco Alabart, explica: «Está muy centrado, entrenándose y estudiando. Es muy responsable y el Barcelona le proporciona el contexto necesario para aposentarse y desarrollarse personalmente».
El segundo entrenador del equipo de OK Liga y miembro de la dirección de La Masía, Ricard Muñoz, corrobora: «Valoramos muy positivamente esta interrelación entre nuestros deportistas. Y más si proyectan una imagen de respeto, humildad y trabajo».
Asegura que «Ignacio tiene un potencial y unas cualidades que lo hacen diferente del resto de jugadores de su edad, la apuesta que el club hace con él es grande». «Tiene una calidad técnica muy notable, con una gran visión periférica de lo que ocurre a su alrededor y destaca por ser un buen asistente y finalizador. Por contra debemos mejorar otros aspectos relacionados con la faceta defensiva», añade. «Históricamente Galicia ha sido una fuente de grandes jugadores de nuestro deporte», concluye.
Ignacio Alabart se formó el cantera del Compañía de María coruñés. Comenzó a los cinco años y logró el Campeonato de España infantil en un vestuario con jugadores dos años mayores que él. El paralelismo con su padre es intenso. «Empecé en un colegio y pasé al Reus Deportiu. Ya en la Universidad, tenía que desplazarme para entrenarme. Eso ayuda a priorizar», recuerda. «La vida del deportista, cuando sale bien, es la más bonita», concluye el exdefensa del Liceo.