Visto lo visto el pasado martes en el estadio de la ribera del Manzanares, este Atlético no asusta. En el choque de Copa de Europa ante el Real Madrid, los colchoneros no exhibieron su mejor versión. Menos agresividad de la que nos tienen acostumbrados y, pese a enfrentarse a un rival que le provoca mucha excitación, menor combatividad de la esperada. Sólo tuvieron opciones cuando sembraron el caos en los cinco minutos finales del encuentro donde el Madrid volvió a mostrar su afición al vértigo.

Resultó sintomático que el más inspirado del partido fuera el portero Oblak que desbarató las claras ocasiones que tuvieron los madridistas, sobre todo en la primera mitad. Sorprendió a la no sustitución de Mandzukic, renqueante y en estado de enajenación mental desde que recibió el codazo de Ramos, lo que demuestra una vez más las intenciones de Simeone, siempre atento a provocar y mantener el estado de excitación de la grada con sus jugadores. Las mejores oportunidades llegaron con la entrada de Torres que aportó frescura y velocidad al contrataque rojiblanco.

Para al partido del sábado en Riazor, el Depor vuelve a transmitir esperanza tras la visita a Anoeta donde tuvo el partido en sus manos para ganar. Víctor Sánchez del Amo utilizó prácticamente los mismos jugadores e idéntico esquema táctico que su antecesor pero las sensaciones en el campo fueron distintas. Pelearon por la victoria a pesar de tener que remontar en dos ocasiones los goles de los donostiarras.

No siempre los cambios de entrenador generan el resultado esperado pero daba la sensación de que Víctor Fernández sentía una extraña liberación al abandonar el banquillo blanquiazul tras el empate frente al Córdoba. Dio por sentada su destitución y ni siquiera esperó a la confirmación del Consejo para despedirse. Si bien en el aspecto deportivo no puede decirse que haya conseguido grandes logros, hay que decir a su favor que su comportamiento y actitud ha sido elegante y serena durante toda la temporada, cosa nada fácil ante una afición que no le ha querido desde el principio, seguramente motivada por su pasado celtista o por inexplicable salida de Fernando Vázquez.

Suerte a Víctor Sánchez del Amo que afronta esta oportunidad de entrenar en Primera División con espíritu positivo y con el respeto momentáneo de la grada. Este sábado la hinchada debe estar desde el principio al lado de su equipo porque puntuar ante los madrileños supondría un revulsivo de cara a conseguir la permanencia. En palabras del escritor uruguayo -y excelente aficionado al fútbol- recientemente fallecido Eduardo Galeano, “jugar sin hinchada es como bailar sin música”. Hagámosle caso en este partido que ojalá sirva para cicatrizar heridas del pasado.

By pgarcia_ramos@hotmail.com en DXT Campeón el jueves día 16 de abril de 2015

Previous post Carlos Marcos y Unión Coruñesa merecen lograr representación en el Ayuntamiento de La Coruña
Next post Merecido homenaje de los dirigentes del Colegio de Abogados a su ex decano Antonio Platas

Deja una respuesta