Las últimas semanas como si de un examen matemático se tratase, muchos aficionados deportivistas tiramos de calculadora con el ánimo de conseguir que los resultados que proporciona la ingeniería matemática nos concediesen la fórmula magistral a nuestros males.

Pero lo cierto es que la solución y responsabilidad al jaleo en el que estamos metidos la tienen en sus pies otros. Nosotros, los hinchas, debemos hacerlos sentir en el ambiente y escenario idílico que permita lograr la victoria, pero son ellos los que tienen que ponerse a la faena y sacar las castañas del fuego. En las últimas jornadas hemos comprobado en carne propia que para salvarnos no llega con jugar con ganas, lucha y confianza hace falta obrar con cabeza y estrategia. Aquí es donde tiene la oportunidad el míster y cuerpo técnico de mostrar sus cualidades.

También se encomienda a la afición blanquiazul como responsable de marcar el primer gol del partido ante el Levante, sin tener en cuenta que los 33.000 aficionados que abarrotaremos hoy Riazor no jugamos físicamente en el terreno de juego. Este apoyo inestimable que se presume, no debe hacer bajar los brazos y entumecer los músculos a los que verdaderamente tienen que meter el pie y en consecuencia los goles. Es su responsabilidad y así lo deben asumir. La solución la tienen en sus pies los que salten al campo y como diría un tipo de Miami “…y lo sabes”.

Otro tema que hay que dejar muy claro para que nadie se lleve a errores es que el Depor somos todos, pero unos más que otros. Pues nuestras almas serán perpetuas y fieles a los colores blanquiazules de nuestro corazón, mientras otros están de paso y mañana tendrán la sangre y vestirán elástica de otro color.

Una misión importante, que seguro cumplirá esta hinchada que nunca se rinde, será la de actuar de forma armoniosa, sinfónica y uniforme al son de la batuta del director que como no podía ser de otra manera dirigirán los que saben. Bufandas, banderas y canticos al unisonó sin desfallecer engalanaran Riazor como el escenario ideal para este propósito.

Es necesario tener mucha tranquilidad en la grada, pues bastante tensión habrá en el campo como para trasladarle más voltaje. Las únicas chispas que deben saltar son las provocadas por la experiencia, que por cierto juega a nuestro favor, pues no es la primera ni será la última vez que nos encontremos ante un partido tan transcendental.

No existen más excusa, hoy solamente vale ganar y conseguir la victoria para poder entonar con orgullo y alegría nuestros cánticos y el ¡Forza Depor Campeón!

 

Artículo by Federico García Poncet el domingo 17 de mayo de 2015 en DXT Campeón

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