La Coruña (España), 21 de noviembre del 2015
De Bangkok (Tailandia) a La Coruña, pasando por Doha (Qatar) y el aeropuerto de Madrid
Hoy sábado, 21 de noviembre, es el vigésimo sexto y último día de mi sensacional e inolvidable viaje por tierras y aguas de Vietnam, Camboya y Birmania (hoy denominada República de la Unión Democrática de Myanmar), que inicié en la ciudad de La Coruña el día 27 del pasado mes de octubre.
Ayer finalicé mi crónica viajera diaria comentándoles que me encontraba en el aeropuerto internacional de Bangkok, que como sabrán es la capital de Tailandia, al que había llegado en un vuelo directo procedente de Yangón, capital de Birmania.
Cambio de gobierno
Hablando de Birmania, recuerdo que en una de mis crónicas anteriores prometí ampliar mi información sobre el cambio de gobierno en este país. Y ahora, antes de poner punto y final a mis relatos viajeros, cumplo mi promesa.
Mi estancia en este país del sureste asiático coincidió con la reciente celebración de Elecciones Generales. Como la Junta Militar que gobernaba desde 1988 limitaba mucho las libertades, había muchas esperanzas depositadas en esos comicios, que supusieron un contundente triunfo de la Liga Nacional para la Democracia (LND) liderada por Aung San Suu Kyi, un auténtico mito y Premio Nobel de la Paz.
La LND logró 255 escaños de los 440 de la Cámara de Representantes, en la que los militares se habían “reservado” 110 (25%.). Por lo que atañe al Senado, la LND alcanzó 135 escaños, de un total de 224, mientras los militares “se asignaron” 56 (25%).
Lo más “sospechoso” es que después de dos semanas de las elecciones los militares seguían sin dar los pasos necesarios y obligados para su relevo al frente del Gobierno, dilatando así los efectos democráticos de su apabullante derrota….
Vuelo a Doha (Qatar)
Más de cinco horas tuve que esperar en el aeropuerto de Bangkok para que saliese mi vuelo con destino a Doha, capital de Qatar, ya que partimos a las dos menos diez de la mañana del sábado 21 de noviembre, cuando debido a la diferencia horaria todavía era viernes en España.
El avión, un gigantesco “Airbus A 380-800” de la “Qatar Airways”, partió de la capital tailandesa con sus 517 plazas prácticamente cubiertas. Tuve la suerte de que una de las pocas butacas vacías fuese la de mi derecha (iba sentado junto a la ventanilla) lo mismo que, curiosamente, me había sucedido en cuatro de los muchos vuelos realizados durante este largo y multinacional periplo.
El vuelo, que resultó muy cómodo y sin interferencias de ningún tipo, duró unas siete horas, durante las cuales cené, dormí, comí y me distraje con el navegador de mi asiento con el que seguí con detalle todo el trayecto aéreo realizado.
Impresionante llegada a Doha
La llega nocturna a Doha es realmente impresionante. Toda la gran ciudad, situada entre la gigantesca nada del desierto y el mar, estaba profusa y potentemente iluminada, con miles de luces artificiales de todos los tipos y colores. ¡Cómo se nota que tienen petróleo a espuertas!….
Cuando tomamos tierra en la capital de Qatar eran las cinco menos cuarto de la mañana (hora local), o sea dos horas más que en España.
Y como el vuelo para Madrid no partió hasta las 8,30 horas me dio tiempo a recorrer sin prisas las instalaciones de esta terminal aeroportuaria, que tiene a gala ser la mejor del Cercano Oriente, cosa que no extraña en absoluto visto el lujo, la dotación técnica y la amplitud de espacios con que la han edificado.
La terminal de Doha es muy cómoda y de fácil desplazamiento para los viajeros, ya que tiene la forma de una gigantesca y griega, con un espacio de doble pedestal que corresponde con la zona de entrada, grandes y lujosas tiendas, cafeterías, restaurantes, y todo tipo de servicios y entretenimientos.
Rumbo a Madrid
El vuelo entre Doha y Madrid lo realizamos en un “Boeing 787-A”, de la “Qatar Airways”, con capacidad para 254 pasajeros. A destacar que, a pesar de que las plazas del avión estaban totalmente cubiertas, el embarque se realizó muy rápidamente.
Con suma puntualidad despegamos rumbo a Madrid, disfrutando ya a bordo de los anuncios verbales en español, cosa que no me ocurría desde hacía casi un mes.
La distancia entre Doha y Madrid es de 5.340 kilómetros, ligeramente superior al tramo realizado entre Bangkok y Doha, que es de 5.268 kilómetros, aunque menor al vuelo efectuado a la llegada entre Doha y Hanói (Vietnam), que totalizó nada menos que 5.546 kilómetros.
Como les dije, el avión es de la “Qatar Airways”, compañía que acaba de recibir, por décima vez consecutiva, el “Premio a la Mejor Aerolínea del Este” y que posee una de las mejores y más modernas flotas del mundo, con una media de solamente cinco años de uso. Por cierto que forma parte, con Iberia y otras compañías aéreas internacionales de prestigio, de la “Alianza One World”.
Patrocinio del Fútbol Club Barcelona
La mencionada compañía aérea catarí patrocina al equipo de fútbol del Barcelona, al que en su revista mensual “Orix” dedican una información, en cabecera de página impar, con una fotografía del Camp Nou y el escudo del Barsa, incluyendo además todos los partidos del mes de noviembre (entre ellos el “clásico” contra el Real Madrid) y dos encuentros de la Champions League.
La partida de Doha fue espectacular, ya que el avión sobrevoló a muy poca altura su bella y amplia bahía artificial y los grandes rascacielos que la rodean, realizando un marcado giro “casi a ras del agua”. Luego, desierto, desierto y desierto….
Vuelo muy tranquilo
El viaje resultó muy cómodo y placentero, ya que el avión solamente se movió un poco cuando pasamos al sur de las islas griegas y también algo al sobrevolar la Isla de Ibiza (Baleares).
La duración del vuelo fue de siete horas y 35 minutos. A las nueve de la mañana nos dieron un potente desayuno, y a las 13,30 horas (por su horario) una especia de empanadilla muy rica, un dulce, bebidas y café.
Y al fin, a las 13,45 (hora española), tomamos tierra en Madrid, en el aeropuerto internacional Adolfo Suárez. Así fue como, después de 26 largos pero muy gratificantes días, volví a pisar tierra española.
Lo que más me impactó fue la tremenda bajada de temperatura. Fue realmente brutal, ya que pasé de los 30/40 grados de Asia y África a los 9 grados que había en Madrid, y además con una sensación térmica de solamente dos grados….
Rápido Control de Inmigración
Merced a que mi pasaporte es electrónico, el tránsito por el Control de Inmigración fue extraordinariamente rápido, ya que no tuve más que colocarlo sobre una pantalla lectora, poner el dedo índice sobre otra, y mirar a una cámara que escudriña las pupilas. Al estar todo correcto, se franqueó automáticamente una doble puerta baja de cristal y pasé al otro lado, sin necesidad de tener que soportar las largas e interminables colas que se habían formado para el paso de frontera.
Lo que constituyó un pequeño trastorno fue tener que recoger mi equipaje y volver a facturarlo para La Coruña, ya que en Yangón (Birmania) no admitían más que tres cambios de avión, y se cumplieron con los “stops” de Bangkok, Doha y Madrid.
Una espera bien aprovechada
Una vez que facturé y obtuve la tarjeta de embarque para La Coruña, como contaba con mucho tiempo hasta la salida de mi vuelo lo aproveché para dar un largo paseo por la terminal madrileña y leer los periódicos, con el fin de ponerme un poco al día de lo que pasaba en España. Luego disfruté de una comida tranquila y sosegada, rematada con un exquisito café.
Como es sábado, el movimiento en el aeropuerto de Barajas es muy inferior al de los precedentes días de la semana, y esa tranquilidad me vino muy bien para poner en orden mis papeles, las últimas notas del viaje, y seleccionar-eliminar las 772 fotografías realizadas durante tan interesante periplo, además de seguir la jornada futbolística a través de mi teléfono móvil.
Cómodo vuelo a La Coruña
El vuelo con destino al aeropuerto de La Coruña salió con suma puntualidad. Volamos en un “Airbus A-319” de la compañía “Iberia”, con sus 141 plazas totalmente ocupadas. Y, además, contamos con una “polizona” a bordo….
La “polizona” era una preciosa mariposa, insecto que para muchas de las gentes de las tierras que acababa de visitar es un augurio de buena suerte. No cabe duda que ese buen presagio se cumplió plenamente conmigo, ya que pese a mis problemas de salud previos al viaje, pude realizarlo en magnífica forma física y mental, disfrutando a más y mejor de los tres países visitados: Vietnam, Camboya y Birmania.
Y ahora, cómodamente sentado en el avión, rememoré esos 26 días y el balance es totalmente positivo. Pese a los madrugones, grandes caminatas (incluso descalzo y sin calcetines), tremendo calor, lluvias tropicales, una humedad del 80 al 90%, mosquitos y moscas, malas carreteras (sobre todo en Birmania), etc. Pero valió la pena, ya que tuve la gran fortuna de ver auténticas e irrepetibles maravillas.
Por cierto que durante el vuelo el comandante del avión nos facilitó información del partido de fútbol que estaban disputando, en Riazor, el Deportivo y el Celta, y la gente rompió en aplausos cuando anunció el primer gol del equipo coruñés.
Feliz llegada a mi casa
El vuelo fue estupendo, y como la noche estaba despejada al llegar disfrutamos de unas vistas maravillosas de la ciudad de La Coruña y de su preciosa Ría, destacando al fondo la milenaria Torre de Hércules, Patrimonio de la Humanidad.
El despacho del equipaje fue muy rápido, y cuando al fin entré en mi casa de la Playa de Santa Cristina había invertido nada menos que 38 horas en el larguísimo viaje entre Yangón (Birmania) y La Coruña. ¡Más de día y medio viajando!….
Después de una ligera cena, puse en orden mis cosas, y antes de acostarme me relajé un rato contemplando desde mi terraza la Playa de Santa Cristina y la ciudad de La Coruña. A pesar del tremendo trajín de la vuelta, no estaba muy cansado. Creo que la enorme satisfacción que me produjo el viaje en su totalidad pudo con cualquier tipo de fatiga física o mental. Prometo seguir, “mientras el cuerpo aguante”….
¡Buenas noches, España!. (Fotos: Lajos Spiegel)
2 comentarios en “De Bangkok (Tailandia) a La Coruña, pasando por Doha (Qatar) y el aeropuerto de Madrid”
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Esta es la última crónica de mi sensacional e inolvidable viaje por Vietnam, Camboiya y Birmania. Espero, y deseo, que os haya gustado. ¡Hasta el próximo!.
Esta es la última crónica de mi sensacional e inolvidable viaje por Vietnam, Camboiya y Birmania. Espero, y deseo, que os haya gustado. ¡Hasta el próximo!.