Riazor

Como no podía ser de otra manera me gustaría abordar de forma respetuosa las opiniones que día sí y día también se vienen vertiendo sobre la figura del máximo mandatario del Real Club Deportivo de La Coruña. También quiero dejar bien claro que cada cual tiene un sentimiento y una forma de actuar y yo no soy quien para poner en tela de juicio, entredicho o valorar unas u otras manifestaciones u actuaciones, pues también me gusta que respeten las mías. Gracias a dios una de las grandes riquezas de este país es la libertad de expresión y ahí seguro que es un punto de encuentro en el cual nos encontraremos todos muy a gusto.

Tampoco quiero que se interprete esta columna de hoy como una defensa al presidente deportivista, pues a buen seguro que tiene mejores abogados defensores que la figura del que escribe este artículo de opinión. De hecho este papel lo podrían hacer a las mil maravillas los que fueron, son y serán Lendoiristas pase lo que pase, pues creen en él a pies juntillas y en su proyecto.

Y la vez entiendo el disgusto generalizado que existe en la familia blanquiazul por la mala situación deportiva y administrativa que vive el club de nuestros amores en estos momentos. De hecho, yo como parroquiano de esta gran familia tampoco quiero negar que no pase por mis mejores momentos. Como la procesión va por dentro y cada cual la manifiesta de una manera comprendo las diferentes formas de actuar aunque evidentemente y como cada uno de nosotros yo tenga la mía particular.

Profundizando un poco más en el asunto. Creo que unos buscan sustituirlo a toda costa y al precio que sea, incluso diría que sienten la necesidad imperiosa de pronunciarse y posicionarse de forma enérgica en echarlo de ahí de la forma que puedan o sea para buscar una solución. No le perdonan la situación que vivimos y quieren saldar cuentas con hombre que lleva 25 años dirigiendo de forma enérgica los destinos del Deportivo.

Otros buscan la sustitución de forma armoniosa y pausada pensando que puede ser la mejor solución en un momento en que entiende que el club pasa por sus peores momento y no debe quedar en un desgobierno absoluto en un momento tan delicado en pro de salvaguardar los intereses del Deportivo.

También están los desencantados que ya no creen en nada ni en nadie y están a la espera de que las cosas se arreglen con el paso del tiempo manteniendo la llama de la esperanza viva.

Pues bien, ahora me gustaría saber varias cosas importantes para poder confiar en los que vienen con una hoja de ruta que marque un proyecto serio y creíble a la vez que viable. ¿Cuándo aparecerán los valientes salvadores de la causa? ¿Quiénes son? ¿Qué proyecto ofrece? ¿Cuál es su hoja de ruta? ¿Cuánto dinero traen en la cartera? Estás y otras muchas preguntas nos las hacemos todos o casi todos los días los que tenemos sangre blanquiazul. En fin, si Augusto se tiene que ir se irá, pero hasta que llegue ese momento y los accionistas decidamos lo contrario entiendo que por el bien del Depor no nos queda más remedio que tener paciencia. Algunos quieren hacer bueno el dicho «dejen salir antes de entrar» y otros creen que es mejor «entrar antes de que salgan».

Abordar la posible sustitución en el Dépor del actual presidente Augusto Cesar Lendoiro y de su consejo de administración es un tema que aun llevará un tiempo, pues visto lo visto Lendoiro no piensa abandonar el Dépor y el mirlo blanco no quiere aparecer. Hoy más que nunca ¡Depor Campeón!

Artículo by Fede G. Poncet publicado en DXT Campeón el domingo día 7 de julio de 2013.

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