Hace un par de meses Barcelona FC y Deportivo vivían una situación, digamos similar, salvando las distancias. Uno era el ganador virtual de Liga y el otro había asegurado su puesto en la primera categoría del futbol español. A día de hoy ambos luchan por reconquistar una posición que ven seriamente amenazada.

Quién iba a pensar hace tan solo siete jornadas cuando los culés aventajaban a sus inmediatos perseguidores en ocho (Atleti) y doce puntos (Madrid) que llegarían a la penúltima jornada igualados y sin poder ceder ni un empate.

Algo parecido le sucedió a los coruñeses que empezaron la segunda vuelta con doce puntos de ventaja sobre los puestos de descenso.

La consecuencia, en ambos casos, es que tienen que pelear por algo que ya tenían casi conseguido, una clasificación que acariciaban y que se les fue como el agua entre las manos. En estas circunstancias recuperar la motivación para afrontar el mismo reto no es una tarea nada fácil para jugadores y entrenadores.

En el caso de los blanquiazules el cambio experimentado por el equipo entre las dos fases de la Liga ha significado una tremenda decepción. Quien haya visto el último partido contra el Getafe, se habrá dado cuenta que sobre el campo se encontraba un equipo sin alma, sin convicción que cedió el triunfo ante un rival mucho menor.

Después de las últimas derrotas, son pocos quienes creen que el Depor pueda obtener resultados positivos en los dos envites pendientes. El primero ante un Villarreal en forma que pelea por jugar la final de la Euro League y ha asegurado su participación en la próxima Liga de Campeones. Quizás esta circunstancia, unida al desgaste que puedan arrastrar de la semifinal contra el Liverpool, pueda beneficiar a los pupilos de Víctor Sánchez.

Del partido de clausura contra el Real Madrid en Riazor apenas hay esperanzas de puntuar, máximo si los blancos continúan con posibilidades de ganar la Liga algo que los haría todavía más peligrosos.

Toca esperar a ver cómo evolucionan el resto de partidos de los clubes que están inmersos en la batalla por la permanencia. Con el Levante ya descendido, queda por conocer a sus dos acompañantes. Getafe, Sporting, Rayo, Granada, y más remotamente el Depor, pelean por escapar de esa terna maldita.

Y la pregunta más difícil de responder es cómo se ha podido elevar el grado de sufrimiento en este final de Liga cuando se había despachado el grueso del trabajo en enero. Sin ampararse en argumentos fatalistas, a los que nos estamos acostumbrando en las últimas campañas, habría que responder cuáles son las razones futbolísticas y anímicas que han conducido al equipo a verse implicado en el descenso. Tiempo habrá a partir del 15 de mayo para recapitular y tomar las decisiones pertinentes. Mientras tanto mantengamos los dedos cruzados.

@pgarcia_ramos

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