Artículo by Fede G. Poncet en DXT Campeón el domingo 1 de diciembre de 2013.

Mientras los postulados candidatos, administradores concursales, consejeros, acreedores, auditores, jueces, abogados, accionistas y demás participantes están sumidos en los aborígenes de las asambleas, avales, planes de viabilidad, etc. El equipo dirigido por Fernando Vázquez sigue trabajando para cumplir el objetivo fijado hace unos meses por el presi, que no es otro que el ascenso a la máxima categoría.

Parece increíble que el técnico de Castrofeito haya conseguido abstraer a la plantilla de la crisis institucional, económica y social que vive el Real Club Deportivo de La Coruña. Consiguió desde el primer día que llego a la ciudad herculina conectar con la afición blanquiazul hasta el punto de ejercer de punta de lanza para casi lograr no descender. Sus ganas, ilusión, experiencia, trabajo y buen hacer hacen que la única crisis que no se viva en el club sea la deportiva. El míster con una plantilla corta, jugadores jóvenes con poca experiencia, ante la incertidumbre de nuevos refuerzos e incorporaciones, bajo la sospecha de que le quieren vender jugadores, etc y sigue dale que te pego para ascender a un equipo.

Vázquez quiere utilizar todas bazas que juegan a su favor, y entendiendo la parte importante que juega la afición, nos arenga, anima, mima y motiva sin desmayo  como si un miembro más de la plantilla se tratase. Todos recordamos como la temporada pasada se hizo fuerte con el “si se puede” y casi consigue un milagro. Fernando rompe el estilo serio de sus antecesores y se mezcla con la afición como si fuese un hincha mas, cada vez que se encuentra con la parroquia blanquiazul ejerce la difícil misión de involucrar a todos pidiendo lucha, sacrifico y confianza.

A modo de anécdota me gusta contar como la pasada jornada en Ponferrada cuando llegaba al estadio del Toralín se levando de su asiento en el autobús para arengar a los miles de deportivistas que allí nos congregamos para volver a casa con los tres puntos y el liderato.

Y ya que hablamos del viaje al Bierzo me veo obligado a desmentir las calumnias y mentiras que algunos cuentan sobre los incidentes acaecidos al finalizar el partido. La afición coruñesa compuesta por niños, jóvenes y mayores tuvo en todo momento un comportamiento ejemplar y digno de mención. El que tenga dudas o no se lo quiera creer puede preguntar a nuestros vecinos de la comunidad de Castilla y León.

Y tras desmentir esto me gustaría poner en conocimiento de todo el deportivismo como fuimos encerrados durante un rato en el estadio sin causa o indicio alguno de tensión, pues allí lo único que respiraba era alegría. Y para rematar nos hicieron patrullar de un lado a otro del estadio conducidos como un rebaño de ovejas por unos pasillos estrechos.

En fin, espero que para próximos desplazamientos los que nos gobiernan se ocupen de que la ejemplar afición deportivista no se vea maltratada, humillada y vejada por unos elementos que deberían estar haciendo cola en la lista del paro por no saber ejercer su trabajo. ¡Forza Dépor!

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