By Pablo García-Ramos en DXT Campeón el jueves 6 de diciembre de 2012.
En esta ciudad que últimamente no se sabe muy bien si mira al mar, a Laponia o a segunda división, conviene recetar tranquilidad. Volvemos a tirar del cancionero de Siniestro Total para recomendar a la afición blanquiazul que ante todo mucha calma para capear el temporal. La situación es mala pero hay margen de mejora.
El pasado domingo no creo que el Betis hiciera más méritos para llevarse el partido, sin embargo está de cuarto y el Depor decimonoveno. Uno en puestos de Champions y otro en los de descenso. Se empieza a echar de menos en el equipo el instinto necesario para desnivelar los partidos igualados. Más oficio de ganador y menos inocencia.
También comprendo a quienes afirman que el cambio de Bodipo por Roderick, desequilibró a un conjunto que estaba creciendo en intensidad y tenía a los béticos contra las cuerdas. Hay que recordarle a Oltra que los cambios se hacen con la cabeza y no con el corazón, por mucho que se quieran ganar los partidos. Y por qué no decirlo, me preocupa que el futbolista guineano sea la baza ganadora que se maneja desde el banquillo.
Es cierto que el panorama invita a tomar decisiones enérgicas para tratar de corregir la deriva del equipo. Pero seamos realistas. La actual situación financiera del club impide reforzar la plantilla en el mercado invernal y rescindir contratos. Esto marca un punto de partida que inevitablemente la afición tiene que asumir: tenemos los mimbres que tenemos y con ellos hay que salvar la categoría. Y además se puede hacer.
La experiencia indica que muchas veces no hay mejor bálsamo que apostar por el proyecto inicial y, a falta de recambios que garanticen mayor eficacia, dar continuidad al cuadro técnico y la plantilla. Cuántas veces hemos visto a clubes que se intranquilizan por los malos resultados y empiezan a recurrir a esa casta de entrenadores especializados en trabajar en el fango con equipos en problemas. El año pasado comprobamos donde acabaron el Sporting y el Villarreal con Clemente y Lotina, respectivamente. Cambiar de técnico con la idea de reactivar el conjunto o cambiar inercias negativas, no siempre compensa.
Pensemos en positivo. La pelea actual es con el Español, Osasuna, Granada y Mallorca, que no están mucho mejor que los deportivistas. Posiblemente a final de temporada se unan otras escuadras que bien sea por tradición o porque este año no carburan, estarán en la lucha por eludir las plazas de descenso, y hablo del Zaragoza, Celta o Athletic Club, incluso alguna invitado más. Y si no, al tiempo.
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