(Juan Pedro Barco – El Ideal Gallego) Los dos mejores equipos del mundo midieron sus fuerzas ayer en un Palacio de Riazor casi lleno y en el que hubo tablas en el marcador. El 2-2 final demuestra lo parejos que están ambas escuadras y también lo bien que lo hicieron los dos porteros, Xavi Malián en el Liceo y Sergi Fernández en el Barcelona. Con todo, el cuadro azulgrana no pudo en esta ocasión conseguir los tres puntos de Riazor, lo que permite a los verdiblancos pasar esta dura prueba manteniendo la distancia de dos puntos con su principal rival por el título.
Puede considerarse un buen resultado para los coruñeses. Sin embargo, el choque se puso muy de cara para los locales en el primer minuto. Solo habían transcurrido 19 segundos cuando Josep Lamas inauguraba el marcador. Una jugada que sorprendió a la zaga azulgrana, que cuando se quiso dar cuenta ya tenía la bola en su portería.
Todavía había público entrando en las abarrotadas gradas de Riazor y el Liceo podía afrontar con más tranquilidad este partido tan importante en la lucha por la OK Liga.
Y, en el minuto ocho, las cosas se podían haber puesto mejor. Torra (muy descentrado, igual que Reinaldo García, a lo largo de todo el partido, y eso lo notó el Barça) recibió una tarjeta azul. Josep Lamas lanzó la falta directa pero falló, y el equipo herculino no pudo aprovechar la posterior superioridad numérica.
Algo de lo que luego se arrepintió un Liceo que vio cómo su rival, sin hacer grandes alardes, daba la vuelta al marcador. En el minuto 13, Marc Torra sacaba petróleo de un fallo defensivo verdiblanco para batir a Malián de duro disparo.
Poco después, llegó la ‘ley de la compensación’ y Jordi Bargalló fue sancionado con tarjeta azul. Y, aunque Torra no anotó la falta directa, un exliceísta, Sergio Miras, aprovechaba la superioridad numérica para poner el 1-2 en el marcador en el minuto 17.
El Barça aún pudo aumentar las diferencias ya que el Liceo llegó a la décima infracción en el 21. Panadero lanzó la falta directa y falló. Un minuto después le tocó al Liceo tener esta oportunidad, pero Toni Pérez tampoco marcó.
Menos mal que poco antes del descanso, Lucas Ordóñez provocó un penalti que, aunque erró Bargalló, luego anotó en el posterior rechace.
Con el 2-2 se llegaba al descanso y también al final del encuentro. Eso sí, en la segunda parte hubo oportunidades, pero ahí estaban los porteros para evitar cualquier tanto.
Parecía que las faltas directas podían decidir el choque, pero se fallaron las ocho que se lanzaron en el partido (cuatro para cada equipo).
La tensión se notaba en el ambiente y llegó la decimoquinta falta del Barça. Lanza a bola parada Lucas Ordóñez y falla en el 31. Lo mismo hizo Torra un minuto después.
Las oportunidades se sucedían y Eduard Lamas provocó otro penalti. Esta vez Bargalló no marcó, ni en la pena máxima ni en el rechace.
Y, cuando no era con la bola parada, los porteros desbarataban cualquier atisbo de gol.
Aún ambos equipos dispusieron de una nueva falta directa. Gual erró en el 42 y Bargalló en el 45. En el 48, Matías Pascual estuvo a punto de deshacer el empate, pero su jugada acabó en el palo.
Y ahí concluyó un partido jugado de poder a poder y en el que el Liceo demostró que va a por todas.
Solo Reus y Barcelona han conseguido de momento puntuar en Riazor, una cancha casi inexpugnable.