Inauguración de la exposición «Cámara Barroca»

Ayer, jueves, diez de noviembre, tuve la oportunidad de asistir a la inauguración, en el Museo de Bellas Artes herculino, de la muestra fotográfica colectiva, titulada “Cámara Barroca”, presentada por los artistas  coruñeses  José Caruncho, Vari Caramés, Xoán Piñón y Xurxo Lobato, el compostelano Tino Martínez y el lucense Eduardo Ochoa. La exposición, magníficamente colgada en la sala situada en la planta baja del Museo, me permitió hacer un gozoso recorrido visual del patrimonio arquitectónico y artístico del barroco gallego, a través de la fantástica, elegante, ingeniosa y tan dispar mirada fotográfica de estos seis de los más importantes artistas contemporáneos de nuestra Comunidad Autónoma,  que nos ofrecen una visión del arte galaico del siglo XVIII con una concepción del siglo XXI, mezclando las tradicionales técnicas fotográficas con las modernas digitales.

El acto inaugural estuvo presidido  por el Jefe territorial de la Conselleriade Cultura dela Xunta de Galicia,  Manuel Varela Rey, por la directora del Museo de Bellas Artes, Ángeles Penas Truque, y por el comisario de la muestra,  Fernando Agrasar, que según mis noticias será nombrado próximamente director dela Escuelade Arquitectura.

Entre la multitud que allí nos dimos cita, entre los que destacaban por supuesto todos los fotógrafos exponentes (al único que no ví fue al que durante muchos años trabajó como fotógrafo de La Voz de Galicia, Xurxo Lobato), divisé caras conocidas de la sociedad coruñesa como los arquitectos Tono Mejuto, Luis Ruiz y Dionisio Tasende (este último hijo del añorado excelente fotógrafo coruñés del mismo nombre, recientemente fallecido), artistas como Daniel Remeseiro (pintor y insigne poeta), el ilustre Alberto Carpo (que recientemente clausuró una retrospectiva de su magnífica obra pictórica en el Kiosko Alfonso), Estephan Leutiers (que iba acompañado de su novia Susana) o Francis Marrouch.  También coincidí con Carlos López da Pena, conocido comerciante, propietario del Bazar de Pepe (tradicional comercio de la calle real), y con melómanos como el galeno Antonino Caruncho, los ingenieros Angel Navarro y Roberto Miranda o el químico Juan Rico. También estaban el escultor Enrique Tenreiro Lucena, el fotógrafo  Amador Iravedra, y, cómo no, el incombustible Luis V. Caruncho que iba acompañado de su grácil esposa Isabel. Otro que no podía faltar, siendo como es asiduo a los mentideros artísticos, fue el prestigioso abogado y gran entendido Ángel Cobreiro, que como siempre que se le brinda aprovechó la oportunidad para manifestar su debilidad por el arte de la pintura, argumentando su preferencia sobre el más moderno de la cámara oscura como si en el foro estuviera. No quisiera dejar de nombra la asistencia del buen amigo de la familia Vazquez Caruncho, Javier Togores.

Aunque el abarrote de asistentes no me permitió ver la muestra con calma, puedo deciros, en rasgos generales, que merece la pena acercarse a disfrutar del arte de esta magnífica generación de fotógrafos gallegos, muchos de ellos con gran proyección internacional, que no obstante ser conocidos siguen siendo sorprendentes.

JAIME PEÑAFIEL