Según me ha comunicado María-Ángeles Pinilla, responsable de la Agencia de Comunicación BCW, hoy día 29 se celebra el “Día Mundial de la Salud Digestiva”, que tiene como objetivo prioritario dar visibilidad a una situación que afecta a más de la mitad de la población española. Convivir día a día con este problema, dicen, es un lastre para la vida de muchas personas y el estilo de vida y, en particular, la dieta, juega un papel central en ello.
En este aspecto, los alimentos fermentados han demostrado tener un efecto positivo en la salud gastrointestinal, en concreto, en el desarrollo de una microbiota adecuada para la salud. Casi un tercio de los alimentos y bebidas que componen nuestra dieta han sido fruto de un proceso de fermentación y cada vez son más comunes en nuestra sociedad, sin embargo, se desconoce en gran medida: ¿En qué consiste la fermentación?, ¿Qué alimentos fermentados son los que más habitualmente se consumen?, y, lo más importante, ¿Tienen beneficios para nuestra salud, cuáles son?.
Para responder a estas y a otras preguntas, cuentan con el valioso asesoramiento de un experto de la categoría del Profesor Humberto Martín Brieva, del Departamento de Microbiología y Parasitología de la Facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), autor y coordinador de varios libros de su especialidad (primera fotografía). Tal cual, se lo cuento.
Chema Paz Gago, Catedrático de la Universidad de La Coruña me remitió este guasapo: “Querido Roberto: ayer me echabas la bronca por no llevar mascarilla (y con razón legal) pero, francamente, por mucho que el Gobierno de Pablo Iglesias nos las imponga ahora -3 meses después- cuando ya no hacen falta para nada, puesto que ahora mismo la incidencia del virus en Galicia es mínima, pues “Resistiré”, en la medida de lo posible”. ¿A qué les suena a ustedes este mensaje….?.
En relación con mi nuevo libro sobre el maldito Coronavirus, Eva Marín Dueñas (en la segunda fotografía, de viaje en Marrakech), prestigiosa y atractiva Abogada, residente en Badalona-Cataluña, me remitió el siguiente mensaje: “Roberto, creo que una idea para tu nuevo libro podría ser «Mi alimentación en tiempos del confinamiento»!?”. Muchas gracias, por tus aportaciones, querida Eva.
Avelino Abajo Ares, activo Presidente de la Casa de León en La Coruña, me ha remitido el siguiente mensaje: “Buenas tardes, distinguido, ilustre, incombustible (como en varias ocasiones me calificaste, entre otros adjetivos a mi…) y querido Roberto. Muchas gracias por TODO, muy sinceramente. Te agradezco, de corazón y alma, tus atenciones y apoyo. A ver si pronto es posible, tomar un café, o lo que sea… y charlar un poquito. Te deseo lo mejor, HOY, y SIEMPRE, a ti y a tus seres queridos y que puedas por mucho tiempo, CON SALUD y BIENESTAR, seguir haciendo el bien y «dando caña y guerra»… Un fuerte abrazo con todo mi afecto, estima y consideración”. Lo mismo te digo, querido Avelino.
El gran tener coruñés Enrique Paz, que todas las tardes deleita a los vecinos de Federico Tapia, en La Coruña, me remitió el siguiente correo electrónico: “Enhorabuena Roberto. Un grandísimo abrazo. Quique. Un honor ser tu amigo”. Lo mismo te digo, querido Quique.
La exitosa pintora ferrolana Manuela Castro me remitió este guasapo: “Muchísimas gracias por tus mensajes. La Margarita solitaria es una preciosa postal. Te diré que me encantó. Toda mi vida desde que pinto, mis temas a repetir, siempre son: Margaritas, espigas de trigo, y cielos. Bueno, como te considero amigo te lo cuento. Críticos de arte, poetas, etc. sí lo han visto. Hasta pronto”. Hasta pronto, pues.
Turno ahora para los incluidos en el “Grupo de Riesgo”, del maldito Coronavirus. Y hoy se asoma a esta ventana informativa un gran amigo de mi juventud, José Varela Pardo, que aparece en pie a la izquierda en la tercera fotografía, tomada durante los Carnavales del año 1956 en el Hotel Finisterre de La Coruña….
Conocido y excelente fotógrafo, Pepe Varela prestó sus servicios profesionales durante muchos años en “Foto Blanco”, en la coruñesa calle Real, a la ordenes de otro gran amigo y soberbio fotógrafo: Alberto Martí Villardefrancos. Recuerdo, además, que Pepe Varela fue quien hizo las fotos y el video de mi boda.
Pepe Varela cumplió 83 años de edad en plena Cuarentena, ya que nació el 27 de abril del año 1937, en la ciudad de La Coruña. Desde que enviudó, el año pasado, vive en su piso del moderno barrio coruñés de Los Rosales, en compañía de su nieto, que trabaja en Inditex, ya que su único hijo vive en Pontevedra.
Me dijo que ha llevado bien la cuarentena, “hasta diría que muy bien” puntualiza, y me confiesa que a veces “se escaqueaba” caminando hasta el cercano Monte de San Pedro, mezclándose con otras gentes de menor edad y recorriendo el Paseo Marítimo hasta El Portiño.
Cocina lo más básico y elemental, pero se arregla estupendamente. Camina muchísimo, y además hace gimnasia por la mañana y por la tarde. No tiene perro ni gato, aunque llegó a tener nada menos que tres perros, que le pasaban sus nietos cuando se cansaban de jugar con sus mascotas.
Durante el largo confinamiento no ha leído nunca el periódico, anduvo mucho por casa, y aprovechó para ordenar sus grandes colecciones de fotos propias, especialmente las relacionadas con los nueve Caminos de Santiago, con vistas al próximo Año Santo Compostelano. Por cierto, me dijo que le propuso a Manolo Arenas hacer algo al respecto, pero que aún no sabe nada….
Pepe pasó la mayor parte del tiempo del encierro forzoso montando vídeos (en las redes sociales he visto recientemente uno suyo muy bueno), con los miles de fotografías que tiene en su archivo personal. De la Torre de Hércules, de trasatlánticos, de fútbol…. Pero siempre a base de meter solamente 30 o 35 fotografías en cada uno, con el fin de que salgan con buena calidad.
Me dijo que como el programa que utiliza para realizar el montaje de esos videos es bastante “perralleiro”, le cortan cada cinco minutos, lo que le obliga a estar reiniciando su trabajo cada dos por tres. De todos modos, puedo dar fe de que el producto final es de bastante calidad, amigo Pepe.
Ahora va en su coche hasta el vecino municipio de Culleredo (La Coruña), ya que su cuñado tiene un “fin de semana” muy cerca del Aeropuerto, y luego se acercan hasta El Burgo a tomarse unas cañitas de cerveza. También aprovechó la actual desescalada del maldito Coronavirus para ir al peluquero, pues tenía el pelo tan largo que parecía “El coletas”. ¡Ah!, y me dijo que se ha dejado un bigote con el que “no le conoce ni Dios”. ¡Habrá que verte, Pancho Villa!
Y finalizo por hoy. Prometo seguir dándoles más “Partes de Guerra”. Mientras el cuerpo aguante…. ¡¡¡Saludos y salud!!!. (Fotos: Lajos Spiegel)