Antes de la declaración de la Alerta nacional decretada por el Gobierno el sábado, ya se dejaban notar de forma negativa los efectos del maldito coronavirus en los diferentes eventos de carácter público. Por eso, el pasado jueves acudió mucha menos gente de la habitual a la inauguración de la soberbia muestra de pintura titulada “Pinta buscando la luz” que el acreditado artista Manuel Barahona nos ofrece, en la céntrica galería coruñesa “Xerión”, hasta 8 de abril. El crítico de arte R. Loscos escribió, en “Barcelona Gal Art”: “ Manuel Barahona es andaluz de profunda cepa, cordobés de Puente Cenil. Nació en 1948: a los veintiún años ganó una beca para estudiar en la Escuela de Artes y Oficios de Córdoba. A los veintisiete pasó a estudiar en la Escuela Superior de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría, en Sevilla. Pronto empezó a ganar premios y a exponer.
Y así hasta ahora, transmitiendo a través de su obra un sentimiento y un mensaje claro y puro. Siente y ama su tierra. Está con las raíces profundamente hundidas en las tierras de nuestro sur. Las conoce. Pero por encima de todo conoce a sus hombres y mujeres que trabajan y laboran de sol a sol. No es suya una Andalucía folclórica, de castañuela y faralaes, de romerías y procesiones. Es la Andalucía real, o la otra Andalucía. La de los campesinos, la de quienes conocen lo que es el duro trabajo agrícola. La recogida de algodón, de la uva, del olivo, las inclemencias del tiempo, los fríos invernales y los calores veraniegos. El día a día del agricultor, el transcurso de las estaciones… Pinta su Andalucía, la que siente. Lo hace con fluidez, con un sello personal que ha creado escuela. Fue Manuel Barahona el primero en adentrarse por la senda de una pintura social andaluza, y muchos, bastantes, son los que le han seguido. Pero son simples imitaciones….”. Tal cual, se lo cuento. (Foto: Rafa Magán)
