El viernes dediqué mi artículo al actualísimo, inquietante y controvertido tema del Cambio Climático, y les trasladé parte de la opinión que el conocido y galardonado cineasta coruñés Ignacio Benedetti había volcado en las redes sociales. Hace unos días, estuvo en La Coruña Joaquín Araujo, naturalista y director de documentales, quien se opone rotundamente a los que creen que no hay nada qué hacer en la lucha contra el cambio climático. Cree que debemos dejar de contaminar, pues la Naturaleza es muy eficaz y si la dejamos actuar obra auténticos milagros en la recuperación ambiental. Por eso, opina que el ser humano debe dejar que sea la Naturaleza la que, libremente y sin agresiones, restaure los graves daños causados por nosotros. Denuncia la enorme parafernalia que se ha montado en torno al problema del cambio climático, así como los grandes intereses económicos para desmontar el actual modelo energético.
Considera que los ataques a la joven activista Greta Thunberg (a la que me referí en mi citado artículo del viernes) son inapropiados y mezquinos, y le parece inadmisible que la asocien con intereses económicos o políticos. El día 3, Ignacio Benedetti, escribió lo siguiente: “La esperanza del mundo viene de la mano de las nuevas generaciones, encarnadas por Greta Thunberg. Pero resulta triste ver como a la niña sueca, en lugar de apoyarla o, si acaso, rebatirla con argumentos científicos, ciertos medios de comunicación la atacan con asuntos personales, como su síndrome de Asperger. En el caso de Greta, el síndrome, lejos de ser una rémora, es una virtud, pues posiblemente gracias a él puede concentrarse de manera sobrehumana y percibir circunstancias que a otros le pasan desapercibidas, o no le dan importancia, como el lloro desgarrador de la Creación ante el daño que le causa el Hombre”. Tal cual, se lo cuento.