Hoy se clausurará la magnífica exposición de pintura que el destacado artista Óscar Cabana (La Coruña, 3 de julio de 1980) nos ofrece en la acreditada y céntrica galería coruñesa “Xerión”, que con sumo acierto dirige mi buena amiga Ana-María Souza de la Colina, con la que aparezco en la fotografía. Debido a encontrarme viajando por Armenia, Georgia, Azerbaiyán e Irán no pude asistir a la inauguración de esta soberbia muestra pictórica que, según me comentaron, constituyó un auténtico acontecimiento social y artístico. Sobre su valioso trabajo, el propio Óscar Cabana ha escrito lo siguiente: «Pinto lo que veo, y lo que veo es arquitectura. Creo que mi carrera pictórica está inevitablemente marcada por mi formación de arquitecto. No entiendo mi obra sin el dibujo arquitectónico, éste, es siempre el comienzo y el fondo, la base, la estructura de cada pieza.
Mis herramientas: la perspectiva, la línea de horizonte, el punto de fuga, las paralelas, las perpendiculares. Defiendo con mi pintura la belleza en el paisaje intervenido en contraposición a la belleza del paisaje natural, sin rastro de la intervención humana. Mi pintura me define a mí y mi carácter. Es una pintura inquieta, impaciente, agresiva, impactante, y sobre todo de contrastes: contrastes entre colores, blanco contra negro, contrastes entre la línea y la mancha, o lo que es lo mismo, entre el arquitecto y el pintor, contrastes entre el dibujo y la pintura y por supuesto, contrastes entre los espacios vacíos y los espacios construidos, contrastes entre las luces y las sombras que éstos generan que, junto con la gravedad o el peso, son básicamente los elementos que utilizo para componer mi obra. Los materiales que utilizo son materiales de construcción: arena, yeso, agua, cemento, papel, grafito, tinta… y por supuesto, pintura al agua (acrílica)”. Tal cual, se lo cuento. (Foto: Lajos Spiegel)