¡La de vueltas que da la vida!. Qué se lo pregunten al Cementerio de San Amaro, uno de los seis camposantos católicos con que cuenta La Coruña. Los otros cinco católicos son: Santa María de Oza, San Vicente de Elviña, San Cristóbal das Viñas, San Pedro de Visma, y Feáns, que es el más moderno. Y, además, están el Cementerio de los Ingleses (British Cemetery) y el Cementerio de los Moros (hoy “Casa de la Palabra”). Mucha gente desconoce que hubo un tiempo en que unos desnortados ediles pretendieron cerrar y demoler el legendario Cementerio de San Amaro. La propuesta municipal, aprobada por la Comisión de Sanidad el 20 de junio de 1980, se titulaba “Clausura y demolición de los Cementerios de San Amaro y Oza”. Y seguro que lo hubiesen conseguido, de no ser por la gran campaña desplegada en contra de esa “parida” por la “Asociación para la Conservación y Protección de los Cementerios Coruñeses”, constituida el 10 de agosto der 1980, presidida por Margarita Ponte, teniendo yo el honor de ser su Secretario General. Esa entidad ciudadana, con la ayuda del “Instituto José Cornide de Estudios Coruñeses”, recibió un apoyo popular de tal calibre que aún hoy siguen “escondidos” los autores de tan desnortada idea…. El Cementerio de San Amaro, que en el año 2012 cumplió nada menos que 200 años de existencia (el 5º más antiguo de Europa), está entre los más importantes de Europa y del mundo. “National Geographic” lo incluyó entre la élite mundial por ser uno de los pocos cementerios marinos del mundo, y de los que goza de mejores vistas al Atlántico. Allí descansan los restos de personajes de la talla de Curros Enríquez, Eduardo Pondal, Manuel Murguía y sus 5 hijos, Luis Seoane, Pérez Lugín, etc. Por eso no es de extrañar que desde junio del 2018 hasta ahora estuviesen agotadas las reservas para las visitas guiadas por Suso Martínez, el “Fiz Cotobelo” que comandaba la “Santa Compaña” en “El bosque animado” de Wenceslao Fernández Flórez. ¡País!.. (Foto: Lajos Spiegel)