Bogotá (Colombia), 28 de octubre del 2018

A la una de la mañana salí del Hotel Ritz para el Aeropuerto Internacional colombiano de El Alto, para embarcar rumbo a Bogotá, capital de Colombia. Al aeropuerto me acompañaron el francés Will Driou, gerente de ventas del mayorista Gastón Sacaze, y el chófer Julio Casas, de ascendencia española.
Como la terminal está muy cerca de La Paz, y mi vuelo mo partía hasta las 3.35 horas, tuve tiempo para ordenar un poco mis notas y fotos y enviar la información diaria de mi viaje.
Sin explicación de ningún género por parte de Avianca, salimos de El Alto con casi una hora de retraso. Volamos en un Airbus 319, con sus 130 plazas totalmente ocupadas y con unos asientos inusualmente cómodos. Por cierto, la portada de la revista de a bordo del mes de octubre está dedicada a la cantante colombiana Shaquira «Más allá del pop», y a su gira mundial «El Dorado».
La distancia entre La Paz y Bogotá es de 2.696 km y la cubrimos en 3 horas y 21 minutos. Colombia tiene una hora menos que Bolivia, por lo que ahora la diferencia horaria con España es de 7 horas.
A las 7 de la mañana llegué al aeropuerto internacional de El Dorado, que está sólo a 8 km de Bogotá, donde me recogieron el guia Nelson Vega y el chófer Marco Antonio Suárez, para llevarme al Hotel. Había mucho tráfico y por eso tardamos más de lo previsible en llegar.
Tras desayunar y dejar las cosas en mi habitación, a las 10 en punto me recogieron Bibiana-Andrea, mi guía, y el ya mencionado chófer Marco-Antonio Suárez, para realizar un detallado recorrido por la ciudad. El día era soleado y la temperatura, 16 grados, acorde con las medias de esta ciudad, que en esta época oscilan entre los 14 h 16 grados. La máxima de Bogotá es de 25 grados.
El Municipio mide 40 km entre Norte y Sur, y la única carrera (calle) que atraviesa la ciudad es la número 7. Todas las carreras van paralelas a las montañas, totalizando 170, o sea unos 17 km.
Las vías que van hacia las montañas se llaman calles. Hay 230 al norte: 23 km; y 170 al sur: 17 km. Bogotá tiene 9 millones de habitantes, y 48 millones todo el país.


Mi primera visita fue al Santuario de Monserrate, muy visitado por colombianos y turistas, que se encuentra a 3.200 metros de altura, unos 600 más que la ciudad.
Cuando llegamos a la Quebrada de las Brujas, donde se encuentran el fumicular y el teleférico que salvan el gran desnivel hasta el Santuario, había ya cientos de personas formando cola para subir. Además, al ser sábado, había muchas familias completas y numerosas parejas de enamorados.
Los peregrinos y los enamorados suben a pie al monte, y dice la leyenda que si la pareja conviene pronto termina en boda. De lo contrario, bajarán las escaleras riñendo. Incluso el cura monta un concurso con un magnífico premio para estimular a las parejas. La guía y yo, subimos y bajamos utilizando los medios mecánicos…..
La primera capilla, muy pequeña y de barro, se construyó en 1618 y la imagen de la Virgen Negra de Montserrat había sido traída de Cataluña (España). Pero apenas duró un año, ya que fue destruida por un terremoto. La pequeña imagen de la «Moreneta «, que estaba recubierta de oro, desapareció. Y con ella se fue durante unos 200 años la devoción popular, hasta que en 1816 el artista colonial Pedro de Lugo hizo una réplica y falló la gran imagen de «El Señor caído de Monserrate», que está en el altar mayor del templo y es el Patrono de Bogotá.
La subida la hicimos en el veterano funicular, que salva 400 metros de un desnivel casi a plomo. El primero, que funcionaba a poleas, operó de 1928 a 1934, y uno de sus vagones está expuesto en un lateral de la subida. Las vistas de la ciudad son espectaculares, y una buena parte del trayecto discurre por un túnel.
Hay un buen número de pájaros, algunos poco comunes: colibrí paramuno, torcazas, gavilán, arañero, mirla., etc.y un precioso y grande Viacrucis de bronce del Siglo XIX, a lo largo de la subida. Enfrente, en una montaña a 3.300 metros de altura, está el santuario de la Virgen de Guadalupe, también con medios mecánicos para subir.
Al entrar en la Iglesia del Santuario de Monserrate , a la izquierda, está la Moreneta, y a continuación la Virgen con San José y el niño Jesús.
Como dije ya, en el altar mayor se encuentra la grandiosa imagen de El Señor caído de Monserrate, dotada de cabellos humanos, sobre un altar de mármol de carrara con adornos de plata y de pan de oro.


En la parte posterior de la Iglesia está la Capilla del Santísimo con sus bellos vitrales, y en un lateral cientos de placas de agradecimiento y ex votos.
Todos los años, desde 1816, bajaban en procesión al Cristo hasta la Catedral, donde permanecía 3 días. En 1985 se rompió la tradición, y hubo una serie de grandes desgracias: erupción Volcán Armero, terremotos y toma del Palacio de Justicia con 116 muertos. Hay quien relaciona una cosa y las otras….
Desde el mirador del Santuario hay unas impresionantes vistas de la ciudad de Bogotá, que carece de Centros Comerciales. Están haciendo uno en el edificio mas alto, el «Bagatá» (agua=Bogotá) de 68 pisos. Hasta el momento, la casa más alta era la Torre Colpatria, de 48 pisos, que cumple ahora 40 años.
También se ven los ríos San Francisco y San Agustín, las dos primeras congregaciones religiosas que llegaron a Bogotá, la parte Norte del famoso Barrio de La Candelaria, el Estadio de fútbol, etc.
Para bajar utilicé el teleférico, con capacidad para 40 personas todas de pie, cuya estación está a 3.170 m.
Al bajar realicé un amplio recorrido por la ciudad: Casa Museo Bolívar, donde vivió 10 años el Libertador, ya viudo, con la ex soldado ecuatoriana Manuelita. La casa guarda todos los objetos personales de Bolívar.


Museo del Oro, de 8 pisos, de ellos 4 en el subsuelo. El más importante es el tercer piso, con las salas de La ofrenda y la de Cosmología y Simbolismo. Fundado en 1933, guarda grandes cantidades de objetos de oro, piedras preciosas, etc.
Visité la conocida Joyería Continental, especializada en esmeraldas (Colombia es una potencia mundial) y degusté una infusión de hoja de coca, en compañía de Liliana, Marcela, Pilar y mi guía.
Seguí mis visitas: Biblioteca de Ángel Arango de piedra clara volcánica; casas coloniales; Iglesia de La Candelaria (1686-1703) con su gran coro de maderas preciosas, sus grandes cuadros y los altares recubiertos de pan de oro; Museo de Arte Miguel Urrutia; las calles con nombres, un legado de los españoles; Museo Botero; Museo Colonial; Casa de la Moneda; Museo Banco República, en la esquina de las calles de los Amigos y Enseñanza; última casa en la que vivió Simón Bolívar; Centro Cultural Gabriel García Márquez, donado por Méjico a Colombia; la pastelería «La puerta falsa», el negocio más antiguo de Bogotá, en el lateral de la Catedral; Palacio Liébano, sede de la Alcaldia; Palacio de Justicia; Catedral Primada; Capilla del Sagrario; Colegio de San Bartolomé; Palacio del Gobierno; etc.


Siguiendo hacia la Calle Divorcio, dejé la Plaza Mayor, pasando por el Museo de la Policía; la antigua Calle del Cartucho; Iglesia del Carmen, patrona de los conductores; Carretera de la Circunvalación; los «Barrios de la invasión » en las montañas; el Rio Arzobispo; y dentro de la Zona Rosa, la Calle T (por su forma de t, calle 82 entre Carrera 11 y Carrera 15), dentro del Barrio Rosa; Barrio Chapinero, en honor a los fabricantes de chapines; etc.
Una vez más, cuando regresé al hotel estaba bastante cansado pero muy satisfecho.
Mañana seguiré contándoles. ¡Saludos y salud!.

(Fotos: Lajos Spiegel)

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