Lago de Atitlán (Guatemala), 22 de Octubre del 2017
Ayer me acosté realmente rendido, lo cual no es de extrañar ya que cuando llegué al Hotel Western Stofella de Guatemala Ciudad eran las 17 horas (la 1 de la mañana del dia 22 en España), lo que significa que habían transcurrido nada menos que 20 horas de viaje desde que salí de mi casa. … Y hoy, para seguir con las «buenas costumbres» de mis viajes, me tuve que levantar a las 6 de la mañana, ya que a las 7 vino a recogerme mi guía para iniciar un recorrido por el altiplano indígena. Tras atravesar unas montañas majestuosas y unos valles impresionantes llegamos a Chichicastenango, una población muy pintoresca que conserva la tradición de sus ancestrales habitantes. No debemos olvidar que Guatemala es el corazón del Mundo Maya, una historia que se remonta a 4.000 años y cuyo legado ha llegado hasta nuestros días a través de las tradiciones y las costumbres de sus gentes. Chichicastenango es un auténtico paradigma en ese aspecto; y, además, he tenido la suerte de que hoy es domingo y por lo tanto hubo mercado, uno de los más importantes de los pueblos indígenas. Es un espectáculo realmente impactante e inolvidable realzado por los ricos coloridos de los ropajes de los «Masheños» (que es como llaman a los pobladores de Chichicastenango), las plegarias que entonan en la escalinata de la Iglesia y el penetrante olor a incienso; cosa que me recordó al de los templos tibetanos. En tan abigarrado y extenso mercado hay de todo: animales, plantas, artesanía, ropa, calzado, frutas, aperos de labranza, vegetales, etc. Una vez rematada la visita a Chichicastenango nos desplazamos hasta el famoso Lago Atitlán, considerado por Husley como «el más bello del mundo».
Cuenta con nada menos que tres volcanes: San Pedro, Tolimán y Atitlán, y está rodeado por una docena de pueblos indígenas. Cada grupo tiene su propia gastronomía, vestimenta, tradiciones y hasta idiomas diferentes. Mantienen orgullosamente su cultura e identidad, produciendo la impresión de que allí se ha detenido el tiempo, transmitiéndonos a la vez la auténtica esencia del Mundo Maya. Encajado entre montañas y conos volcánicos, el lugar que ocupa el Lago Atitlán es sencillamente majestuoso. Y todavía bajo los efectos de las visitas realizadas hoy, encaminé mis pasos hacia el «Hotel Villa Santa Catarina», ubicado a unos cinco minutos de Panajachel, en la orilla del Lago Atitlán , en Santa Catarina Polopo, que es un pueblo muy visitado y famoso por el colorido de los trajes típicos de las mujeres, así como por las bellas telas que elaboran. Ya en el Hotel, tomé su famoso cóctel «Chichicastenango» inspirado en la feria maya. Es un swizzle hecho con papaya, melón, lima y el popular «Ron Botran» de los hermanos burgaleses Venancio, Andrés, Felipe, Jesús y Alejandro. Una auténtica delicia para coronar un día inolvidable. ¡Saludos y salud!. (Fotos: Lajos Spiegel)