Hoy quiero alzar mi voz reivindicando honores a las féminas que nos han precedido en el ámbito literario; que han hecho GALICIA dentro y fuera de nuestras fronteras, que fueron silenciadas por el mero hecho de ser mujeres. La Real Academia Galega nos dio otro claro ejemplo de marginación femenina-desde que se instituyó ”O Día das Letras Galegas”, solo tres mujeres merecieron el honor de que se les dedicase ese día.-Rosalía-Francisca Herrero y María Mariño; poetisas, ensayistas novelistas, pedagogas…y así un largo etc, son silenciadas por esta añeja institución ;mujeres que silenciosamente trabajaron con ahínco haciendo PATRIA.No queremos entender que además de escritoras son gallegas y esto conlleva un sentimiento que nos une a todos.Tenemos acaso la mala costumbre de denostar lo nuestro por ser diferente; Quisiera que fuésemos ”Mais cobizosos do noso”,el tener otra lengua además de la española , no nos hace ni mejores ,ni peores-distintos-parece nos sentimos inferiores nada más lejos de la realidad. Ello atañe a nuestras escritoras y poetas que pueden competir con lo mejor de cada país ,de ahí mi protesta por la falta de sensibilidad de la institución gallega. Repito, pido paridad de honores, también la mujer gallega, culta, profesional existe; no queramos tenerla siempre bajo el celemín. Nada tengo en contra del Sr. Casares; pero llegados son los tiempos en que se dé a nuestras precursoras el lugar que en la historia de Galicia merecen. La marginación femenina no es cosa de un día, viene del principio de los tiempos , son siglos en los que la figura de la mujer es discriminada con total impunidad.En los albores del S,XXI parece anacrónico y pueril se siga ejerciendo ¿Se querrá acaso llevarnos al medievo en que las escritoras poetisas etc, no podían aparecer con sus nombres?, sacudámonos esa ”Doce melancolía” y exijamos iguales derechos que para los hombres, como digo anteriormente, ”ni delante, ni detrás, al lado”; El S.XXI no es igual que el XX, hemos evolucionado y aun así parece que perduran los rescoldos del pasado y la igualdad de la mujer es una meta a la que estamos caminando muy despacio.