Otavalo (Ecuador), 5 de noviembre del 2018
Ayer también me tuve que levantar a las 6 de la mañana, con el fin de realizar un interesantísimo recorrido por la ciudad de Quito, y luego desplazarme hasta la Mitad del Mundo, y seguir más tarde hasta Otavalo, donde me alojé y desde donde les remito mi décimo sexta crónica viajera, que confío sea de su agrado.
El día amaneció lluvioso, con una temperatura de 12 grados, una humedad del 65 por ciento, y con la previsión de lluvia hasta la tarde. ¡Menudo cambio con respecto a Colombia!.
Cuando bajé a desayunar me fijé que frente a la escalera, al lado de mi habitación, había un bonito y grande letrero, que con elegante letra ponía lo siguiente: «Magia es creer en ti mismo. Si puedes hacer eso, puedes hacer que cualquier cosa pueda suceder». Eso es, precisamente, lo que hago yo.
A las 7 pasó a recogerme el guía Javier Santafé, que me acompañará por todo Ecuador. Y justo en ese momento cesó la lluvia, con lo que el recorrido a pie por Quito, ciudad fundada por los españoles el 6 de diciembre de 1534, resultó mucho más llevadero.
De camino al Centro Histórico, donde iniciamos la estupenda visita, pasamos por el Mercado Artesanal «La Mariscal», y un poco más adelante encontramos la «Librería Española». Seguimos hasta la imponente Basílica del Voto Nacional, bajo la advocación del Corazón de María. De estilo gótico, tiene 141 años y sigue inacabada, porque según la leyenda el día que la terminen desaparecerá Quito, a causa de un volcán o de un gran terremoto….. Se considera una iglesia perpetua e inacabable. Situada en la Colina del Panecillo, tiene 7 puertas, que significan las 7 ciudades de la Diócesis. En la columna de la puerta principal, dotada de grandes puertas de bronce con figuras muy elaboradas, hay una gran estatua del Papa Juan Pablo II, y en la fachada lateral vemos los escudos de varios países y el hueco para colocar otros más.
Como un guiño a los indígenas, en esa fachada lateral han esculpido iguanas, cormoranes, pingüinos, monos, osos hormigueros, etc.
En la estrecha y empinadísima calle de la fachada principal es donde tienen lugar los exámenes para obtener el carnet de conducir…. Ayer no habia porque era domingo.
En la colina de enfrente a la fachada lateral está el Palacio de Cristal, que antiguamente era un mercado y que fue trasladado pieza por pieza hasta su nuevo emplazamiento.
Por la empinada cuesta de Benalcázar descendimos de la colina de la Basílica, y llegamos a la calle Chile o de la Merced. Las calles tienen dos placas con nombres diferentes. El de toda la vida, y el que le pusieron durante la etapa republicana. Por aquí precisamente cruzaba el histórico y legendario «Camino del Inca».
En la esquina de esa calle, que desemboca en la Plaza Grande, hoy llamada Plaza de la Independencia y que data del Siglo XVI, está el grandioso Monasterio de la Concepción, que fue construido entre los siglos XVI y XVII. Por cierto, Quito tiene nada menos que 35 iglesias católicas en su Centro Histórico.
En esa gran plaza está el Palacio Presidencial, la Alcaldía, el Palacio Arzobispal y la Catedral. Erigida como Iglesia Mayor, fue construida en el Siglo XVI, entre los años 1545 y 1572, y reformada en los Siglos XVII, XVIII y XX. Curiosamente, su entrada principal está en el lateral que da a la Plaza, en la que en grandes letras se lee: «Es gloria de Quito el descubrimiento del Río Amazonas».
Pasando por delante de la que fue Universidad Central de Quito, y con anterioridad cárcel, llegamos a la fantástica Iglesia de la Compañía de Jesús, la mejor de Quito, que data del Siglo XVI y cuya construcción duró nada menos que 100 años.
Enfrente está el antiguo edificio del Banco del Ecuador, que al no emitir moneda propia se ha convertido e un Museo Numismático. Debido a las tremendas crisis económicas, y las astronómicas y continuas devaluaciones de su moneda nacional, el Sucre, optaron por convertir el dólar americano en su moneda oficial, convirtiéndose en uno de los pocos países del mundo que carece de algo tan importante cómo es su propia moneda…. Y otra señal de la colonización económica norteamericana, es la casi absoluta presencia de los automóviles Chevrolet.
Dos meses después de la fundación española de Quito, el 25 de enero de 1535 se construyó la Basílica de la Conversión de San Pablo, de los Franciscanos. Se trata del complejo arquitectónico más grande de Sudamérica, y se le conoce como «El Escorial de América». Tiene Convento, Universidad Teológica, Museo, 2 capillas, Colegio, Cervecería (La primera de Sudamérica), una monumental Iglesia cuyo amplio interior está cubierto de láminas de oro, y hasta un puesto de Policía. Incluso su fachada estuvo recubierta de pan de oro.
En lo alto de la montaña que hay a la derecha de la Iglesia, sobre un alto pedestal, hay una gran imagen de la Virgen del Panecillo.
Y de la Plaza de San Francisco salimos de Quito rumbo a la ciudad y complejo de la Mitad del Mundo, que es el primer destino turístico de Ecuador.
A través de montañas y valles, con atractiva vegetación y pueblecitos, al cabo de un par de horas llegamos al punto exacto de la línea ecuatorial, localizada por medio del GPS y que está a unos 200 metros del lugar fijado en 1736 por los integrantes del grupo cientifico franco-español, gesta recordada con un gran bloque cuadrado de piedra rojiza.
En el punto 0-0-0 real, visité un Museo indígena, la reproducción de su forma de vida, y una estupenda explicación sobre los pueblos y la zona de la Amazonia. Presencié varias y curiosas demostraciones científicas de los hechos únicos que se producen en el punto 0. Por ejemplo, sobre la línea el agua no gira cuando sale por desagüe, sino que cae a plomo. Pero al moverla un poco hacia el Norte o hacia el Sur, gira en el desagüe en un sentido u otro.
Finalizada la entretenida e ilustrativa visita a la verdadera linea ecuatorial 0-0-0, nos trasladamos al «histórico». Como dije ya, alli hay un gran monumento pétreo edificado en 1936, con un gran globo terráqueo en su parte más alta, con motivo del 200 aniversario de la fijación de la línea ecuatorial por españoles y franceses, a 2.483 m de altura.
Un ascensor nos lleva al mirador superior, y la empinada avenida que conduce al monumento está orlada a ambos lados con los bustos de los científicos integrantes de la Misión Geodésica hispano-francesa, con una breve biografía de cada uno, en su correspondiente efigie.
Comimos un sabroso menú típico (el postre fue queso con higos almibarados) en el restaurante «Yarabí» (Equinocio de la Gastronomía), y al terminar de comer visité la ciudad de la Mitad del Mundo, que cuenta con una representación de una ciudad colonial, con su Iglesia, la Alcaldía, Museo, Chocolateria, etc.
Como era domingo, había mucha gente, la mayor parte familias del país. Aunque llovió un poco, luego abrió el día y pude realizar una larga caminata con un llevadero sol.
Y de la Mitad del Mundo salimos para Otavalo, distante unos 100 kilómetros, pero cuyo recorrido lleva un par de horas largas. Pasamos lo Carapungo, que es la ciudad de los indios Kara, y que significa Puerta de los Kara. La carretera era una impresionante sucesión de curvas y contracurvas, con bajadas y subidas de grandes pendientes.
Pasamos por Guayabamba, un gran valle muy verde y co mucha fruta, y a continuación por Tabacundo, lugar de gran producción de rosas de muy diversos colores, estilos y tamaños que incluso exportan a China.
A 15 km de Otavalo nos incorporamos a la Carretera Panamericana (que tanto transité el año pasado, durante mi inolvidable viaje por Guatemala, Honduras, Costa Rica y El Salvador), que cuenta con 3 carriles en cada sentido y con buen firme.
En Otavalo, que está al pie del Volcán Imbabura, inactivo, y del Lago de San Pablo, hay grandes Haciendas, muchas destinadas actualmente a Hoteles. Yo me alojé en la llamada «Las Palmas». Mi habitación es un amplio bungalou, co chimenea y todo. Está rodeado por un jardín, en el que oigo cantar a los pájaros y a los grillos. Es un lugar muy tranquilo. Espero dormir bien.¡Saludos y salud!. (Fotos: Lajos Spiegel)