Bakú (Azerbaiyán), 12 de octubre del 2019
Visitas a Gobustán (Volcanes de lodo y Pinturas rupestres al aire libre), y recorrido por Bakú
Por Roberto L. Moskowich
Cuando llego al Ecuador de mi excelente viaje, hago un alto en mis relatos para testimoniar mi más profundo pesar a los familiares, compañeros y amigos de Ramón Basterrechea, Subdirector de «El Ideal Gallego», al que me unía una excelente amistad, forjada a lo largo de los casi siete años e.n los que publiqué diariamente mi muy leída sección «Torre de Cristal», cuando Juan-Ramón Díaz era el Director de dicho periódico. Barrenechea tenía solamente 59 años de edad…. DEP.
Cambio de clave, para felicitar de todo corazón a mis numerosas amigas que se llaman Pilar, ya que hoy es su Santo, aunque a la mayoría ya lo hice por medio de WhatsApp, co el ferviente deseo de poder hacerlo muchos años más. ¡Salud a todas!.
Hoy, una vez más, me levanté temprano ya que quería dar una vuelta antes de iniciar el programa del día. Desayuné en el piso 11 de mi céntrico y estupendo Hotel, disfrutando de unas excelentes vistas de la ciudad. Recorrí una parte del trazado de la carreras de coches de Fórmula, que «al natural» es aún más impresionante que a través de la televisión.
La salida de la ciudad, para realizar las visitas programadas, fue muy rápida, circulando por una calle con tres carriles en cada dirección.
Al rebasar por nuestra izquierda la gran Piscina Olímpica, vi un llamativo edificio de color naranja, que alberga la Academia del Petróleo de Azerbaiyán, y también numerosos pozos de petróleo, de pequeño tamaño, y el guía me dijo que estaban conectados directamente a los oleoductos.
Dejamos a la izquierda el amplio puerto comercial, y la derecha un cementerio. Algo más adelante, a la izquierda, dejamos la gran Mezquita Bibí Heybat, edificada en el Siglo Siglo XIII y reconstruida en el año 2009.
También a nuestras izquierda divise las obras del edificio «Azerbaiyán Towers», que una vez terminado sera el más alto del mundo. Su construcción se inició en el año 2011, tendrá la friolera de 1.050 metros de altura,189 pisos y 79 ascensores. ¡Casi nada, vamos!. Actualmente debe estar sobre los 30 pisos, y se calcula que estará listo en el año 2025. ¡Hay que ver lo que hace el petróleo…..!.
Durante muchos kilómetros circulamos por una autovia, gratuita como todas, de tres carriles en cada sentido, dirigiéndonos hacia el Sur de Azerbaiyán.
Por la derecha de nuestra marcha, dejamos una gran fábrica de cemento, y también un gran número de paneles solares.
Con el mar prácticamente pegado a la autovía en algún tramo, y numerosos cormoranes y patos marinos de color oscuro casi en la orilla, corría paralela a nosotros la vía del tren. Y al borde de la calzada, las consabidas conducciones de gas, y una tierra casi desértica que ocupa una extensa llanura.
Dejamos atrás el pueblo de Gobustán, de casas bajas y diseminadas, así como una refinería de petróleo con grandes depósitos de combustible. Por cierto, la mayoría de las gasolineras son «Azpetrol» y pertenecen al Estado.
Tras un hora de recorrido, giramos hacia la derecha y nos metimos por un camino infernal, estrecho y de tierra y guijarros. Cruzamos sobre media docena de vías del tren en menos de 100 metros, sin barrera alguna. Los únicos seres vivos con los que nos cruzamos fueron 4 vacas y 13 patos…..
Circulando a 10 kilómetros por hora, por una baqueteada e irregular senda de tierra, pasamos sobre varios oleoductos, en medio del desierto y ascendimos hacia los Volcanes de lodo. Tuvimos la gran suerte de que hiciese buen día, ya que cuando hay mal tiempo no está permitido seguir esta complicada ruta, en la que también he visto pozos de gas natural.
Para sacarme las pertinentes fotos, me acerqué tanto a la boca de uno de los volcanes que visité que me salpicó de lodo la cara, las manos, la camiseta, el pantalón e incluso los zapatos. Fue un auténtico baño de lodo. ¡Menos mal que no me quemé!.
En no de los volcanes, que tiene el cráter más ancho, se bañan los del pueblo, pese a que no es recomendable para la salud.
Desde lo alto de la montaña hay unas soberbias vistas del Mar Caspio, en cuyo fondo existen enormes volcanes de lodo, algunos en actividad permanente.
Rematado el interesante y peculiar recorrido por los Volcanes de lodo, nos fuimos a ver las pinturas rupestres de Gobustán, lugar que se encuentra a 12 kilómetros pero que lleva unos treinta minutos desde los Volcanes, desandando el dificil de piedras y tierra, hasta llegar a la carretera asfaltada.
Gobustán, lugar arqueológico descubierto en 1950 es un auténtico museo al aire libre de pinturas rupestres, y es Patrimonio de la Humanidad desde el año 2007. Este asentamiento humano del Neolítico es rico en monumentos arqueológicos, con más de 5.000 pinturas rupestres de hombres, animales, danzas, caravanas de camellos, barcos con remeros, guerreros, batallas, rituales, etc.
En primer lugar visitamos el magnífico Museo que hay antes de la montaña en que se encuentra el sitio arqueológico, y que consta de bajo y sótano muy bien acondicionados y distribuidos. Allí me enteré de que esa zona estaba bajo el mar Caspio hace 35.000 y 15.000 años, y que hasta aquí llegaron los soldados romanos de la Legión XII.
Las figuras femeninas carecen de cabeza, tienen un buen culo y anchas caderas, todas aparecen embarazadas, y las joyas las colocaban en la parte baja del tacón de los zapatos.
Hay diversos petroglifos de varias cuevas, que por cierto no están protegidos como los de España. También se explica el significado de esos petroglifos, los rituales de caza, los enterramientos, y llama la atención que las embarcaciones so similares a lo de los vikingos, lo que confirma la teoría de la presencia aquí de esos individuos nórdicos, y también nos muestran que el perro fue el primer animal que domesticaron. Eso sucedió hace unos 12.000 u 8.000 años antes de Cristo…. y al salir del Museo se ven enfrente las grandes columnas de entrada a la prisión en que están los condenados a cadena perpetua.
Subimos a la montaña para ver los asentamientos prehistóricos reales, sorprendentemente bien conservados tras tantos miles de años, lugar que fue abandonado en el año 1.000 debido a la falta de agua.
En las rocas de la primera cueva, llamada «Cueva de madre» porque es donde trabajaban y cocinaban las mujeres, hay dibujos de toro, y otro de caballo, que al ser grandes se sabe que son más antiguos. A un nivel más bajo, porque la cueva había perdido tierra, hay uno más pequeño de un burro.
En la «Cueva de los cazadores» hay 2 zorros; 2 cabras, una domesticada porque lleva un lazo, y la otra salvaje; 1 barco y 1 toro.
Cerca hay una gran roca, con 11 caballos (un equipo equino de fútbol) en diversas posturas. En otra vemos unos
perros cazando un jabalí.
Seguimos ascendiendo por un retorcido sendero entre enormes rocas, y contemplamos dos mujeres embarazadas, un toro, un caballo, y dos toros enfrentados…. y a nuestros pies el desierto y el mar.
Con dos piedras ovaladas, una Blanca y la otra negra, tocamos una «piedra musical» que está en la parte superior de la montaña (abajo, a la entrada, había otra). Se trata de piedras huecas, denominadas Gabaldash.
Allí cerca hay un pequeño pozo excavado en una roca con forma de plato, con unos pequeños canales para recoger la sangre de los animales que sacrificaban. Casi al lado otros pozos más grandes para recoger el agua de la lluvia.
En la parte lateral de esa pequeña meseta rocosa he visto conchas marinas, prácticamente intactas, que dan fé de que esos terrenos estaban debajo de las aguas del Mar Caspio. También hay varías tumbas de piedra de la Edad Media, junto a un gran mirador al lado del cual había una señora haciendo unas tortitas de harina a la piedra llamadas «Qutab». El relleno es de tres clases: cordero, verduras o queso.
Finalizado tan interesante como ilustrativo recorrido regresamos a Bakú, donde soplaba un fuerte viento de 40 kilómetros por hora, y la temperatura era de 20 grados.
Pasada la Plaza de las Fuentes (solamente quedan tres, de las siete que habia) entramos en la zona peatonal, con numerosos y buenos comercios, entre ellos Zara «, y siguiendo la calle Nizamí llegamos a la calle Mardanov Qardaslari, donde se encuentra el Restaurante Namli, e el que comimos opiparamente, y cuyo menú contaré a los gastrónomos que me siguen. Por cierto, en una gran mesa central cerca de la nuestra estaban comiendo un grupo de 13 españoles, menos ruidosos de lo habitual, el amplio y estupendo local estaba atendido por nada menos que nueve camareros….
Terminada la copiosa y estupenda comida, nos trasladamos a la Ciudad Vieja, cuyas restauradas y bien conservadas murallas datan del Siglo XIII. Allí nos topamos con una auténtica marabunta de chinos, que de un tiempo a esta parte han sustituido a los japoneses, pero con la diferencia de que los nipones eran más educados y ordenados. Actualmente viven 1.300 familias en la Ciudad Vieja, y nadie quiere vender las casas familiares, que vienen ya de siglos atrás.
Al pie de las murallas, que rodean la ciudad medieval «Icheri Sheher», hay un gran busto del famoso poeta satírico Aliaga Vahid (1894-1965), que tiene la rara particularidad de qu todos los personajes de sus obras están entre sus largos cabellos, y justo al lado una gran estación de Metro.
La primera visita fue al Museo de las Miniaturas, que tiene libros miniaturizados de todo el mundo, entre ellos varios españoles. El Museo es propiedad de la griega Natalia Lampedoulos, y contiene el libro más pequeño del mundo, escrito en japonés y que mide menos de un milímetro. ¡Casi nada, vamos!.
Al dejar el Museo entramos en el Palacio de los Shirvan Shas, que es un auténtico museo vivo, muy bien presentado y explicado todo lo relativo al edificio y a sus reales moradores.
El Palacio fue habitado desde el Siglo VI hasta el Siglo XVI por los Shirvan Shas. Cuenta con 26 habitaciones, una Mezquita del Siglo XV (las mujeres estaban aparte, en una habitación muy cutre y con una baja puerta de entrada). Tiene una Casa de Baños del Siglo XV, en la que calentaban el agua con petróleo, a la que iban las madres a ver si alguna de las jóvenes desnudas les gustaban para sus hijos.
Cuenta también con una Sala de Justicia y un cementerio, hecho entre 1435 y 1436, con las tumbas del Sha y de su familia. Está, además, el Mausoleo de Seyid Yayha Bakuvi, que construyó el Sha en honor de su profesor favorito. Y el Parque conmemorativo de Sheidler Kibavani.
Bajamos por la bastante pendiente y bien adoquinada calle Kichik Qalá, y salimos y volvimos a entrar por la Puerta doble, pasando ante un bonito edificio de la calle Qulla que tiene tres gatos de piedra en su parte superior, y dos niños un poco más abajo. Es un homenaje a los gatos, porque eliminaron las ratas durante un largo asedio y evitaron las enfermedades mortales que transmiten.
Un poco más abajo, en esa misma calle visitamos dos Karavansarai, de los Siglos XIV y XV. Están en muy buen estado, y uno se dedica a bazar y el otro a restaurante.
Salimos de la zona amurallada y fuimos a ver la Torre de la Doncella, en la Plaza de Meidán, que data del Siglo XII, desde donde se ven perfectamente las imponentes mansiones de los magnates del petróleo, construidas durante el auge petrolero (1870-1914).
La Torre de la Doncella ha sido un faro, cuando el Mar Caspio estaba 200 metros más cerca (su nivel baja unos 2 centímetros cada año, debido al calentamiento global), y antes fue un centro de dorado. Tiene 8 pisos, y unas escaleras
muy estrechas.
El nombre de Torre de la Doncella se debe, según una leyenda popular, a que el Sha no permitió que su hija se casase con un chico pobre, y ella se suicidó tirándose desde lo más alto. Pues si no es verdad, merecía serlo….
Por cierto, allí cerca estaban los policías urbanos controlando el tráfico en unos soberbios coches Mercedes del paquete…. Donde lo hay (en este caso el petróleo), se gasta. ¡País!
Bueno, creo que es suficiente por hoy. Mañana será otro día. Mientras el cuerpo aguante…. ¡Saludos y salud!. (Fotos: Lajos Spiegel