Ayer en el polideportivo del Colegio Santa María del Mar finalizó un proceso electoral, en mi opinión, demasiado largo y farragoso, con la elección como nuevo timonel de la nave deportivista de Constantino Fernández Pico, más conocido como Tino Fernández, quien obtuvo el 72,09% de los votos del 47/86% del accionariado que ejerció, de forma presente o delegada, su derecho a voto. Durante el proceso que ayer concluyó hemos convivido con amenazas de liquidación por el Ministerio de Hacienda, exabruptos de algunos candidatos, presentación y retirada de candidaturas, idas y venidas de jugadores, aprobación de convenios de pago a acreedores y un sinfín de peripecias que han oscurecido, y mucho, el horizonte de nuestro equipo y las esperanzas de socios y afición en cuanto a la viabilidad económica y deportiva de la escuadra herculina, mostrando además una peligrosa división del deportivismo que vivió su máxima expresión en la junta de accionista celebrada antes de las fiestas navideñas.
Sin embargo y a pesar de lo expuesto, las elecciones ayer celebradas han demostrado que el deportivismo puede y debe remar unido para conseguir sus objetivos económicos y deportivos, que pasan de forma inmediata por asegurar la viabilidad económica logrando un buen acuerdo con Hacienda y mantenernos en la lucha por conseguir el ascenso a la deseada primera división. El comportamiento de los accionistas y de los candidatos, culminado por ese abrazo entre presidente saliente y entrante, deben servir de ejemplo y acicate para que todo el deportivismo camine en la misma dirección y con los mimos objetivos, evitando declaraciones y comportamientos que sólo consiguen fracturar y debilitar a nuestra centenaria entidad, que vive unos momentos cruciales para su supervivencia y que necesita de todo el apoyo, tanto popular como institucional, que pueda obtener.
El nuevo presidente del Real Club Deportivo de La Coruña, ha de ser nuestro nuevo presidente, el de todos los deportivistas, le hayan votado o no, y deber ser así por el bien de nuestro querido club. Debemos encarar el futuro con fuerza y optimismo, porque que nadie lo dude, hay futuro y espero, al igual que el resto de la parroquia blanquiazul, que al menos sea parecido en éxitos al periodo que ayer finalizó con la salida de Augusto César Lendoiro, al que debemos agradecerle su trabajo por el Deportivo y los éxitos y alegrías, mezclados con alguna tristeza, que nos llevó a alcanzar durante sus 25 años de mandato. Dejo para finalizar las palabras del nuevo mandatario blanquiazul que deben guiar nuestro camino más inmediato: “Seguiremos adelante, que nadie dude que esto va a durar muchos más años. Llegó el tiempo de estar todos a una». FORZA DEPOR!!
Artículo by Francisco Javier Felípez Pérez