Hoy jugamos en horario matutino en el estadio de La Rosaleda en Málaga un partido en el cual los jugadores de Cristóbal Parralo pueden confirmar esa mejoría, que algunos vimos por momentos en el partido de liga ante Las Palmas y en la primera parte del jugado en Riazor ante el Atlético de Madrid. Ojala tengamos buenas noticias y los deportivistas cojamos la senda del buen camino. Lo cierto, sobre el papel, es que el rival no podía ser más adecuado para comenzar la remontada, pues hoy tenemos enfrente al último clasificado, un equipo que tan solo ha conseguido cuatro puntos en lo que va de competición liguera. Sus números son pobres pues una victoria, un empate y nueve derrotas, seis goles a favor y veintitrés en contra hacen ver que tenemos una oportunidad de oro. Como el fútbol es fútbol, recordar a los discípulos de Parralo que para ganar hay que querer ganar, confiar y creer en las posibilidades de nuestro equipo. En esta ocasión no debe haber excusas, hay que ganar y demostrar que queremos y podemos.
Que estamos ante una ocasión única está claro, solo hace falta que nuestros futbolistas sepan aprovechar la ocasión para demostrar que pueden convertir en realidad esas previsiones ilusionantes que apuntan a la mitad de la tabla y que algunos vemos aun muy lejos. En las jornadas anteriores también tuvimos ocasión de vencer a equipos como Gerona y Eibar y no lo hicimos. Esperemos que en esta ocasión no pinten bastos para los intereses de nuestro querido Real Club Deportivo de La Coruña.
En Málaga el entrenador Michel se echa la responsabilidad encima de su persona y excluye a sus jugadores del fiasco conseguido a pulso desde que se inauguró la competición. Me sorprende como algunos promulgan que son un equipo para unas cosas y no para otras. El equipo malacitano lo está haciendo mal muy mal, y la culpa es de toda la plantilla y cuerpo técnico sin obviar la parte correspondiente a la secretaria técnica. Otra cosa es que si pierden la cabeza que vaya a rodar sea la de Michel. Otro que parece que se le llena boca es al lateral venezolano Rosales que dice en público que “El Deportivo es de los rivales que tenemos que ganar sí o sí”. En fin, si se dedicaran a jugar y a hablar menos seguro que les iría mucho mejor.
La importancia de ganar en Málaga se hace casi imprescindible para los intereses deportivistas, pues los próximos rivales serán dos históricos como el Bilbao y Sevilla. Sin olvidar que el Leganés en buen momento de juego y el poderosos Barcelona serán la antesala de un derbi gallego que se jugará antes de navidad.
Todos tenemos ganas de que de una vez por todas se asiente un míster en el banquillo de Riazor, ojala sea Cristóbal Parralo. Para ello es necesario que los futbolistas aporten lo que presumiblemente prometían cuando se les fichó. Esperemos que los ceses de la era Tino lleguen a su fin. ¡Forza Depor!