Durante mi estancia en Liverpool (Inglaterra), cuando los “Beatles” y Cliff Richard iniciaban sus carreras artísticas, me llamaba la atención ver que la gente al encontrarse hablaba del tiempo (atmosférico). Nosotros, con el tiempo (años), adoptamos esa costumbre. Creo que donde empezamos a hacerlo fue en los ascensores, o en espacios reducidos. Y eso del “tiempo” me trae a la memoria la curiosa explicación que un Catedrático de Física y Química nos daba sobre la “Teoría de la Relatividad” de Albert Einstein: una hora con una mujer hermosa parece un minuto, pero un minuto con una mujer fea parece una hora…. Hace mucho que quería escribir sobre el tiempo. Pero no sobre el tiempo horario, sino sobre el tiempo atmosférico. Nunca encontré el momento adecuado para hacerlo, pero el insólito “verano” que disfrutamos este mes de abril, a punto de rematar, es la excusa perfecta para dedicar un “fedello” al tiempo atmosférico. A medida que nos vamos haciendo mayores es frecuente escuchar frases del tipo de “esto ya no es como antes”; aunque, desde mi punto de vista, en la mayoría de los casos se debe a que los que “no somos como antes” somos nosotros. Sin embargo, en el caso del tiempo atmosférico, parece ser cierto que “las cosas han cambiado”. Este abril es, de acuerdo con los registros oficiales, el más seco de la historia, ya que únicamente llovió algo los días 1 y 26. Pero en cantidades tan insignificantes que los registros están nada menos que un 98% por debajo de la media de 115 litros por metro cuadrado. Y la falta de lluvia trae los incendios, que siguen arrasando nuestras tierras. La foto que ilustra esta información no es de ningún incendio. La tomé desde una terraza de las Torres de San Diego, en la ciudad de La Coruña, y corresponde a una impresionante puesta de sol sobre los montes de Pastoriza y San Pedro.Tal cual.
(Foto: Lajos Spiegel)