A mediados de los años 70 se estrenó con gran éxito de público la primera entrega de Rocky. Se narraba de manera épica la oportunidad que le brindaron a un modesto boxeador de Filadelfia, Rocky Balboa, de pelear por la corona mundial de los pesos pesados contra el poderoso Apollo Cred. La historia está basada en el combate entre Muhammad Alí y Chuck Wepner. En la película el aspirante, pese a perder a los puntos con el gran campeón, consigue aguantar los quince asaltos, un hecho que supuso una potente inyección de autoestima para el “Potro italiano”.
Algo parecido sucedió hace dos años en Lisboa donde el Atlético de Madrid desafió el dominio del poderoso Real Madrid. Lo tuvo contra las cuerdas durante más de 90 minutos pero terminó sucumbiendo ante un gol agónico de Sergio Ramos en el último minuto del descuento cuando ambos equipos se tambaleaban groguis sobre el césped. El desenlace fue cruel con los colchoneros, un acontecimiento que volvió a refrescar el fantasma de la final de la Copa de Europa perdida cuarenta años antes en parecidas circunstancias frente al Bayern de Múnich. Pese a la natural frustración de perder en estas circunstancias, al finalizar el partido los atléticos se conjuraron para volver a disputar la final de la Champions. Lo que ignoraban es que el destino les ofrecería una revancha en toda regla.
El sábado se reedita la final en San Siro con los mismos contendientes. Al igual que en la saga que protagonizó Silverter Stallone, dos años después tienen los atléticos la posibilidad de tumbar al gran campeón.
Ambos equipos tienen planteamientos muy diferentes. Los rojiblancos se instalan en el campo con mucho orden, disciplina y un solidario compromiso defensivo para maniatar a su rival con el objetivo de mantener su portería a cero. En ataque lo fían a la rapidez y habilidad de dos puntas de lanza como Torres y Griezman. Hay quienes tildan este planteamiento de rácano pero nadie duda de su eficacia. Los del Cholo han eliminado sucesivamente al campeón de Holanda, España y Alemania.
Por su parte el Real Madrid, el gran dominador histórico de esta competición, ha tenido un camino aparentemente más fácil para plantarse en la final. Al contrario que sus vecinos del Manzanares, siempre ha apostado por el fútbol de ataque donde nunca han faltado artilleros de calidad.
No parece que sea un partido de grandes estrategias entre dos rivales que se conocen perfectamente, sino que se decidirá por pequeños detalles. El Atleti jugará a lo que sabe con esa dosis de sufrimiento que tan bien les ha inculcado Simeone en su ADN. En su estilo, no hay otro mejor que el equipo del Cholo.
El Madrid buscará romper el cerrojo colchonero con la calidad que aportan sus jugadores y, por otra parte, estará muy pendiente de defender el contragolpe de su rival. Será una lucha donde cualquier fallo puede marcar la diferencia entre el éxito y la frustración.
Habrá que ver si el Atleti, como en la secuela de Rocky, será capaz de seguir el guion y romper la hegemonía blanca. Fácil no lo va a tener.
@pgarcia_ramos